La película que logró tres nominaciones a los Premios Óscar, entre ellas a Mejor Actor para Brendan Fraser, serio candidato a la estatuilla, y que de 118 nominaciones ya acumula 34 galardones, se estrenó en las salas de cine del país.

Se trata de La Ballena, bajo la dirección de Darren Aronofsky, recordado por largometrajes como El cisne negro y Requiem por un sueño, es una película que ha sido elogiada, en especial, por la actuación realizada pro Fraser interpretando a Charlie, un profesor con obesidad severa, quien intenta volver a tejer una relación con su hija, a quien abandonó para irse tras un amor.

(Vea también: “Nos vamos a casar”: el tuit de John Poulos presumiendo su compromiso con DJ Valentina)

Una historia conmovedora sobre las segundas oportunidades y la necesidad de la empatía, la autenticidad y la verdad para buscar la redención.

Basada en la aclamada obra de Samuel D. Hunter, Aronofsky no solo se centró en el guion, también en las actuaciones y el lugar donde ocurre la historia, que es crucial: con un personaje con movilidad reducida, cada rincón de la casa hacen parte de la vida cotidiana de Charlie.

Por eso, su director se tomó cuatro semanas de ensayos antes de iniciar el rodaje. Cada escena fue trabajada meticulosamente para lograr que el personaje principal se adueñara de cada espacio.

Los diseñadores de producción Mark Friedberg y Robert Pyzocha, quienes trabajaron para crear el retorcido paisaje urbano de Gotham de Joker, tuvieron que pensar de adentro hacia afuera, usando un espacio pequeño para evocar un vasto mundo interno. El apartamento cobró vida como un espacio docente modesto y acogedor, con muchos libros y fotos enmarcadas, y también como una especie de refugio aislado para esconderse, donde podía permanecer cómodamente sedentario.

Cada faceta de la habitación tenía una razón de ser, hasta los títulos de los libros en los estantes, que se extrajeron de la propia colección del escenógrafo. “En cada detalle, crees que este hombre vive allí”, dijo Fraser

Mediante el uso de grúas y plataformas rodantes, compusieron una lista de tomas que se centró en amplificar la intimidad, la tensión y casi una especie de urgencia sin aliento, todo en un solo lugar confinado.

“Sabía que los actores estaban preparando sus viajes emocionales y quería darles tiempo para hacerlo, así que comenzamos con el bloqueo. La gran pregunta siempre fue cómo hacemos que una historia que tiene lugar en un apartamento, y principalmente en una habitación, se sienta realmente emocionante para la audiencia”, explicó el director.

Todo importa

La iluminación jugó un papel tan importante como el movimiento. “Se iluminó el apartamento como si fuera una catedral”, dijo Brendan Fraser. “Constantemente chocaba con pequeños parches de lámparas con el andador de Charlie. Es un maestro en el uso de la luz para cambiar el estado de ánimo y combinar con el clima”.

Incluso la ropa fue un desafío para que combinara con el maquillaje y ayudar a crear la escena. “La ropa que le queda a Charlie es difícil de conseguir en el mundo, por lo que teníamos opciones limitadas, con una paleta limitada y recursos financieros limitados. Hacer algo tan acorde con el personaje fue mucho más difícil de lo que parece”, continuó el director.

Mientras grababa, Brendan Fraser no estaba seguro de cómo funcionaría, pero cuando vio la película terminada, el impacto lo derribó. “No podía dejar mi silla. Tuve que sentarme allí y recuperarme. No es que estuviera triste, simplemente estaba abrumado”.

A pesar de que el actor subió mucho peso para interpretar a Charlie, el equipo liderado por el canadiense Adrien Morot debió crear una prótesis corporal para lograr los 270 kilos requeridos por el personaje. Un trabajo que hoy se reconoce con la nominación al Óscar en la categoría a Mejor Maquillaje y Peinados, y que ayudó a que Brendan Fraser lograra la interpretación más impactante de su vida.

“Admito que al principio me sentí intimidado, tuve mucho miedo de entrar en esto. Nunca antes me habían pedido que hiciera algo así: combinar todo lo que he aprendido en mi vida profesional, encajar todos los elementos de la construcción del personaje en un todo unificado. Todo lo que tengo lo he puesto en la pantalla. Todo está ahí y entiendo totalmente a Charlie. El no es un ángel pero es increíblemente humano. Sé cómo se siente ser objeto de burla sin piedad, pero todos aprendemos ahora cómo apagar ese dolor”, finalizó el protagonista.