Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 17, 2025 - 6:54 pm
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Pat Metheny, reconocido como una de las figuras más influyentes del jazz contemporáneo, expone en esta entrevista los matices de una evolución artística y personal que ha definido su trayectoria a lo largo de más de cuarenta años. Comenzó a ganar notoriedad a los 27 años, acompañado de músicos destacados como Nana Vasconcelos y Lyle Mays, período en el que aún exploraba sus posibilidades artísticas. Con el paso del tiempo, Metheny ha perfeccionado su dominio técnico y ha enriquecido su música con la profundidad que solo la experiencia y la vida familiar aportan; para él, todo forma parte de una gran melodía conectada, concepto que resume su filosofía creativa según sus propias palabras.

Metheny dio sus primeros pasos en la música siguiendo el ejemplo familiar como trompetista; sin embargo, su destino cambió por el influjo de los Beatles y la revolución provocada por el surgimiento del rock y el jazz, con artistas como Miles Davis y John Coltrane iluminando su camino. A los diez años, decidió volcarse por completo a la guitarra. La exploración sonora de Metheny abarca desde la guitarra barítona hasta configuraciones de cuerdas poco convencionales, como se aprecia en su reciente álbum Moondial, en el que consigue atmósferas casi orquestales y abarca las texturas que han marcado su viaje en solitario.

A lo largo de su carrera, Metheny se ha inspirado en grandes referentes, entre ellos Wes Montgomery, a quien nunca imitó, sino a quien utilizó como trampolín para desarrollar una voz propia. Las colaboraciones han sido esenciales en su vida musical: desde compartir escenarios con Jaco Pastorius y Joni Mitchell en los años setenta hasta la larga sociedad con Lyle Mays, con quien forjó un legado discográfico duradero. Metheny, además, ha sostenido siempre una filosofía de liderazgo que busca que cada integrante de su banda tenga la oportunidad de destacar y aportar su voz al proyecto común.

Su relación con músicos de otras latitudes, como Pedro Aznar, se construyó a partir de la admiración mutua y el descubrimiento fortuito, mientras que colaboraciones puntuales, como la que tuvo con David Bowie en una banda sonora, revelan una versatilidad que lo sitúa como referente para distintos géneros y estilos. Metheny también reconoce la riqueza rítmica de la cumbia colombiana, subrayando su capacidad de nutrir la improvisación, un aspecto fundamental en su propio enfoque creativo.

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Un elemento transversal en las reflexiones de Metheny es su actitud de apertura a las nuevas generaciones y su preferencia por seguir creando, en lugar de fijar la mirada en logros pasados o reconocimientos. Este testimonio refleja el valor de la perseverancia y la humildad artística, aspectos esenciales para mantener la frescura y la autenticidad en el tiempo.

Este tipo de profundización periodística —como destaca la Fundación Gabo— se nutre de la contextualización y la búsqueda de múltiples puntos de vista, elementos indispensables para comprender el impacto cultural de artistas como Metheny. Medios de referencia mundial, como The Guardian o The New York Times, suelen complementar entrevistas a figuras icónicas con análisis históricos y testimonios de terceros, enriqueciendo así la comprensión del lector.

En última instancia, la trayectoria de Pat Metheny no solo está marcada por su virtuosismo, sino también por la fuerza de sus relaciones artísticas, la integración de sus vivencias y su constante disposición al cambio. Todo esto constituye un ejemplo ineludible para quienes buscan estudiar la influencia y la vigencia de los grandes protagonistas musicales de la época contemporánea.

¿Cómo influye la colaboración entre músicos en el desarrollo de un sonido distintivo? Las colaboraciones han sido un pilar fundamental en la carrera de Metheny, permitiéndole combinar perspectivas y estilos diversos. Cada músico aporta su lenguaje y experiencias particulares, lo que facilita la construcción de un sonido único y diferencial para la banda. Tal interacción no solo enriquece la propuesta artística, sino que refuerza el aprendizaje mutuo y mantiene latente la posibilidad de innovación.

En el caso de Metheny, la apertura a trabajar con figuras como Jaco Pastorius, Lyle Mays o Pedro Aznar hizo posible la consolidación de una identidad grupal sólida, donde el liderazgo se ejerce promoviendo el lucimiento colectivo. Esta dinámica, compartida por muchos proyectos exitosos, constituye un motor clave para la evolución de los lenguajes musicales contemporáneos.

¿Qué papel juega la improvisación en el jazz y en la visión de Metheny? La improvisación es uno de los rasgos centrales del jazz y, en la perspectiva de Metheny, representa un puente fundamental entre tradición y experimentación. A través de la improvisación, los músicos exploran nuevas posibilidades expresivas en tiempo real, dándole cada vez una fluidez distinta a la interpretación de una misma pieza.

Para Metheny, la habilidad de improvisar —nutrida de influencias como la cumbia colombiana y otros ritmos latinoamericanos— constituye uno de los pilares de su creatividad. Este recurso impulsa a los músicos a reinventarse constantemente, garantizando la frescura e innovación que distinguen tanto sus grabaciones como sus presentaciones en vivo.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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