Ella camina sola
Meghan entró sola en la iglesia de San George del castillo de Windsor, seguida de los niños de honor, y subió a la nave para ser llevada al altar del brazo del príncipe Carlos, su suegro. Una decisión obligada por la ausencia de su padre, en México por una operación cardíaca, pero también una expresión de sus convicciones de mujer independiente y feminista.

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El predicador
El apasionado sermón del reverendo Michael Curry, que contrastó con el habitual tono formal de las ceremonias reales británicas, electrizó el ambiente y asombró a los parientes del príncipe Harry, incluido a su hermano, el príncipe William.
El primer afroamericano que dirige la Iglesia anglicana estadounidense exaltó el poder del amor, citando a Martin Luther King, el defensor de las libertades civiles, e hizo referencia a la esclavitud, delante de los 600 invitados reunidos en la iglesia de San George, incluida la madre de Meghan, Doria Ragland, descendiente de esclavos.

Cressida Bonas y Chelsy Davy, dos exnovias de Harry, estaban entre las invitadas. Y no dejaron de atraer la atención de los medios, que buscaban en sus caras y sus miradas el menor pesar por no estar en el lugar de Meghan.


¡George!
Entre los numerosos famosos invitados, la estrella de cine estadounidense George Clooney dio espectáculo como de costumbre, con sus sonrisas socarronas y una palmada en el hombro a un policía.

Su primaveral traje gris perla contrastaba con los chaqués negros de otros invitados, entre ellos el cantante Elton John o los actores de la serie ‘Suits’ -que dio a conocer a Meghan- Gabriel Macht y Patrick J. Adams.
También se vio al exfutbolista internacional David Beckham mascando chicle.
Sediento
“Estoy listo para una copa”, dijo Harry.
Después de semanas de preparativos, una ceremonia agotadora para sus nervios y una procesión en calesa ante 100.000 curiosos en las calles, llegó al castillo de Windsor no sin satisfacción para el almuerzo con la reina.
En cuanto a Meghan, tan pronto como cruzó el castillo en la calesa tirada por cuatro caballos después del paseo por Windsor, se inclinó hacia delante con ambas manos sobre su pecho, pareciendo dar un suspiro de alivio.
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