Así lo contó el mismo Roger al programa ‘La Red’, donde indicó que cuando llegó de Cali a vivir Bogotá tenía 17 años y, al principio, su tío el actor Marlon Moreno le tendió la mano, pero luego le pidió que se fuera de su casa:

No ha sido fácil. Yo empecé a estudiar actuación acá [en Bogotá] y conseguí trabajo realmente muy rápido. A los tres meses empecé a trabajar en una novela, pero al año se acaba la novela y mi tío me dice: ‘Te tienes que ir de la casa’”.

En ese momento, Roger no quiso abandonar su sueño de seguir actuando, cogió sus cosas y estuvo viviendo en diferentes lugares, incluso, en la calle:

Se me acabaron los ahorros y termino pasando algunas noches en parques. Ahí, uno no duerme porque hace frío, no sabía si iba a comer, está uno asustado, no estás habituado a la calle. Sin embargo, yo me hacía cerca a los CAI para tener seguridad. Lo único que me mantenía vivo en ese momento era el sueño de ser actor”.

Por eso, y a pesar de esa difícil situación, Roger agregó en la entrevista que siguió estudiando actuación gracias a un acuerdo que hizo con la academia a la que asistía: el barría y hacía oficios varios en el lugar para que le bajaran la mensualidad de la matrícula.

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Aunque en ese instante, Roger afirmó que no entendía porqué su tío le daba la espalda y era tan estricto, con el tiempo le agradeció lo que hizo y esa lección de vida que le dio para que entendería que todo era efímero, lo difícil que era ser actor y cómo podía buscarse la vida por sus propios medios y no por decir que era sobrino de Marlon Moreno:

Como yo no quise entender, él me dice: ‘Un actor necesita desarrollar carácter Roger, entonces vaya allá afuera y desarrolla su carácter. Se va de la casa’. Eso fue un golpe muy duro, yo le dejé de hablar y le tenía un resentimiento muy fuerte porque me sentía abandonado […] Un día volví a su casa, estábamos haciendo ejercicio, no nos dirigíamos la palabra y, en un momento, él me coloca la mano en el hombro y yo me pongo a llorar como 15 minutos. Él me abrazó y yo solo le preguntaba: ¿por qué?; me respondió: ‘Porque era la única forma de que crecieras. No te imaginas lo que me tocó hacer, guardar mi corazón en una caja’. En ese momento, lo comprendí”.