Luego del trágico suceso económico en el que se vio comprometida la ‘Ciudad Musical’, comerciantes y usuarios afectados manifestaron que aún no han recibido la devolución de su dinero por parte de la empresa ‘Buena Vibra Eventos E.U. Tras medio año del impasse, poco se ha conocido sobre los avances de la investigación.

El fin de semana del 18 de marzo será recordado por la ciudad como uno de los ‘descalabros’ económicos más fuertes del último lustro. El Jamming Festival 2022 prometía ser, desde meses atrás, uno de los eventos con más bonanzas y ambiciones de su tipo en el país. Un día antes de su realización, el evento fue cancelado, lo que acaeció en un debate nacional de grandes proporciones.

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Seis meses después del suceso quedaron más ‘pendientes’ que aciertos. Con el pasar de los meses y breves apariciones del representante legal de Buena Vibra Eventos E.U., Alejandro Casallas Rodríguez, la deuda de aquel incidente continúa pendiente.

El dinero que la casa de eventos adeuda con quienes pagaron sus boletas de entrada, e incluso, con quienes trajeron su oferta comercial desde diferentes partes del país para arrendar un espacio dentro del festival, sigue en mora.

El día de la cancelación del festival, primó la ‘zozobra’ en la entrada de Playa Hawaii.
El día de la cancelación del festival, primó la ‘zozobra’ en la entrada de Playa Hawaii.

Sobre las 7 de la mañana de aquel día, en los medios locales se empezaba a ‘ventilar’ el rumor de la cancelación del evento. Pasadas las dos horas, la noticia la confirmaba la entonces secretaria de Cultura, Greis Cifuentes, quien en representación de la Alcaldía, tampoco tenía mayor claridad sobre el suceso.

Varios medios informativos se desplazaron al complejo recreacional Playa Hawaii, quienes fueron testigos de la ‘desconsolada’ salida de varios comerciantes con las maletas destartaladas, rotas y completamente saqueadas.

En el sitio también arribó el exsecretario de Gobierno, Óscar Berbeo, junto a la actual secretaria de Desarrollo Económico, Alba Lucía García.

“Para la administración es triste y doloroso que se esté presentando esta situación. Rechazamos que esto se haya suspendido y creo que son ‘chimbos’ los argumentos que dio el Jamming Festival. Abriremos la ciudad para que la gente que está llegando a Ibagué encuentre espacios de esparcimiento seguros y garantizados por las autoridades y nuestro comercio local”, vociferó el exsecretario de Gobierno en su momento.

A medida que transcurrían los minutos, varias ‘caras largas’ salían del complejo recreacional. Los comerciantes, los más afectados del suceso, fueron despojados de sus artículos durante la madrugada de aquel día, asunto que debieron lidiar en medio de la confusión de los hechos y las preguntas que, a día de hoy, continúan sin respuesta.

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De cara al detrimento, Alba Meza, quien es propietaria del emprendimiento ‘Carpediem Beadsshop’, salió de Playa Hawaii junto a su hija con su equipaje destartalado y amarrado con cinta adhesiva.

“Nosotros somos artesanos de Bucaramanga, trajimos alrededor de 4 millones de pesos en artículos. Nos mandaron para un hotel sobre las 8 de la noche. Según lo que nos contaron los vigilantes de Playa Hawai, sobre la medianoche, los organizadores hicieron una reunión y ahí le informaron a los trabajadores de logística y miembros de la seguridad privada que no les podían cancelar sus servicios y les recomendaron que se ‘pagaran’ con lo que encontraran”, dijo Meza en su momento.

Y agregó ‘in situ’ que: “me robaron pulseras en oro laminado y en acero, collares artesanales, bisutería, camisetas pintadas a mano, sombreros. Al llegar en la mañana, encontramos las maletas ‘revolcadas’ y rotas. Tocó envolverlas en cinta para que no se abrieran. Cuando llegamos a preguntar dentro de las instalaciones, no había nadie que nos atendiera. Todo el mundo se voló. Sobre las 7 de la mañana nos enteramos de que el Jamming se había cancelado. Además, alcanzamos a ver gente saliendo con mercancía robada”.

Al interior de Playa Hawaii solo quedaron los vestigios de lo que pudo haber sido el evento. En las zonas de comercio, múltiples productos se hallaban en el piso, revolcados a los pies de algunos comerciantes que se quedaron a recuperar lo que pudieran.

La Cámara de Comercio de Ibagué anunció ese día que, entre reservas de hoteles, venta de productos y artículos, oferta restaurantera y demás sectores económicos que giraron alrededor del festival, se dejaron de percibir alrededor de $ 75 mil millones de pesos.

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Comerciantes salían del complejo recreacional con su equipaje completamente saqueado.

Cartas, deudas y ‘avances’ momentáneos

A raíz del suceso, la Superintendencia de Industria y Comercio abrió una investigación administrativa contra la empresa Buena Vibra Eventos E.U., la cuál continúa atendiendo los requerimientos de la entidad y, a su vez, rindiendo cuentas en un proceso extenso con la Fiscalía General de la Nación.

En una misiva enviada por la empresa de eventos sobre el pasado mes de junio, Alejandro Casallas se manifestó sobre el tema de la devolución de dinero y señaló que se adhieren a “lo consagrado por el artículo 5 del decreto legislativo 818 de 2020”. Esto quiere decir que podrán devolverlo hasta el 2023.

“De manera que durante la vigencia de la emergencia sanitaria que en la actualidad sigue declarada hasta el 30 de junio de 2022 y hasta un año más realizaremos todas las gestiones para buscar dar reembolso a las personas que eligieran dicha opción dentro de los plazos otorgados por la normatividad citada, así mismo, buscaremos trabajar en las alternativas de solución para el público, los proveedores, restaurantes, patrocinadores y, en general, todos los afectados, lo cual demanda diligencia, sacrificio, pero sobre todo tiempo; en especial, porque la mayor parte de los recursos del festival se destinaron para honrar los compromisos adquiridos con los artistas y en la producción del evento al 95 % de lo planeado (montaje de los escenarios, carpas, camerinos, pantallas, sonido, stands, restaurantes)”, consigna el comunicado.

A su vez, durante una entrevista otorgada a RCN Televisión, Casallas se ciñó a señalar que, por cuenta de algunas amenazas, decidió ‘cancelar’ el evento a última hora debido a que él y su familia empezaron a recibir para aquel entonces mensajes de odio por las múltiples ‘bajas’ que tuvo el festival en su cartel de artistas días antes al suceso.

A la fecha, varios ibaguereños han confirmado que aún no han recibido la devolución de sus dineros. Además, poco se ha vuelto a conocer respecto al proceso que afronta en este momento la entidad de eventos.

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Esta redacción se comunicó con la emprendedora Alba Meza para conocer si, finalmente, habían logrado concretar algún tipo de acuerdo o bonanza por parte de ‘Buena Vibra Eventos E.U.’.

“No nos han pagado nada, no nos han retribuido nada a los artesanos como tal. Nosotros estamos volviendo a hacer productos y continuamos recuperándonos económicamente todavía, o por lo menos en mi caso. Asisto a ferias ocasionalmente en donde los ‘stands’ son gratis”, aseguró la comerciante.

Y apostilló: “Sigo trabajando pero obviamente el descalabro económico fue muy alto. A los artesanos que fuimos robados, no nos han entregado nada. Entre esos mi empresa y la de mi hija, donde llevábamos camisetas, sombreros y bisuterías. Ni el señor Alejandro ni nadie nos ha respondido por absolutamente nada”.