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El Festival Nacional del Pasillo Colombiano celebró su 34ª edición el 17 de agosto de 2025 en la ciudad de Aguadas, Caldas, reafirmando su papel como uno de los eventos fundamentales para la conservación y proyección de la música tradicional colombiana. Uno de los momentos más destacados de esta edición fue la actuación de María José Henao Salazar, una joven cantante de Manizales de tan solo 14 años, quien alcanzó el segundo lugar en la exigente categoría Solista Vocal. Su logro resulta especialmente relevante debido a que compitió frente a intérpretes con décadas de experiencia, lo que refuerza la vitalidad y el relevo generacional en la escena del folclor nacional, según confirmó el cubrimiento periodístico original y el análisis de El Espectador.
María José inició su trayectoria musical a temprana edad, acumulando nueve años de experiencia interpretativa pese a su juventud. Para ella, enfrentarse en el festival a músicos con “al menos 20 años” de recorrido fue una oportunidad de aprendizaje y un reto que asumió en compañía de su ensamble “Majo Henao & Agua Bendita”. Bajo este formato, María José apostó por una visión renovadora del pasillo, incorporando instrumentos poco tradicionales como el saxofón, la batería y la guitarra en sus presentaciones. Según relató, la inspiración para estas fusiones provino de proyectos como La Triada y de la influencia de la compositora Laura Vargas, manteniendo siempre el respeto por la esencia del género aun al sumarle matices contemporáneos, incluidos toques de rock y pop.
Esta apertura a la fusión y la experimentación, avalada por estudios recientes del Departamento de Música de la Universidad Nacional de Colombia, es parte de una tendencia creciente orientada a revitalizar los géneros tradicionales y atraer a nuevas generaciones de oyentes. Los especialistas sugieren que la modernización, lejos de diluir el patrimonio cultural, representa una estrategia efectiva para fortalecer la identidad y asegurar la supervivencia futura de expresiones musicales como el pasillo colombiano.
Durante el certamen, María José interpretó una muestra de repertorio emblemático con las piezas “Te quiero libre” de Jorge Humberto Laverde, “Gabriela” de Francisco Luis Herrera y “Abril” de Laura Vargas —siendo esta última clave para la apreciación del jurado debido a su innovadora ejecución. El reconocimiento a María José fue, por tanto, un reflejo de la apreciación por propuestas técnicas sólidas, así como de la capacidad para fusionar tradición con creatividad.




En la misma edición, el Dueto Prisma, conformado por los hermanos Juan Sebastián y Angie Daniela Serna, también sobresalió al obtener el primer puesto en la categoría Dueto vocal. Su interpretación, basada en la conjunción de voces jóvenes con sentido familiar, ratificó la presencia de Caldas como semillero de talento y el papel que los vínculos familiares desempeñan en la transmisión intergeneracional del pasillo, como lo destacó el reporte original.
El festival, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia por el Ministerio de Cultura, comprende un variado despliegue de actividades para solistas, conjuntos y bailarines, reafirmando su compromiso con la defensa de las tradiciones musicales y dancísticas. Además, incluye estímulos pedagógicos y premios como el “Marino Gómez Estrada” —otorgado este año al conjunto Eira Ensamble—, que tienen el propósito de incentivar la formación y la profesionalización en el género, tal como señala el informe anual del Ministerio de Cultura de Colombia.
A la luz del panorama observado en la edición de 2025, el éxito de jóvenes talentos como María José y el Dueto Prisma refleja una renovación en el folclor colombiano en la que convergen respeto por la herencia y una voluntad de apertura a nuevas sonoridades. De este modo, el Festival Nacional del Pasillo se consolida no solo como una vitrina de exhibición, sino como una plataforma de diálogo intergeneracional, garantizando la vigencia y la transformación creativa del pasillo para el futuro.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Qué es el pasillo colombiano y por qué es relevante en la cultura nacional?
El pasillo colombiano es un género musical de raíz andina, caracterizado por su ritmo ágil y su forma binaria, que ha sido interpretado históricamente tanto en formatos instrumentales como vocales. Se le considera una de las expresiones más representativas del folclor nacional, al punto de haber sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia por el Ministerio de Cultura. Su relevancia radica en la capacidad de conectar diferentes generaciones, regiones y sensibilidades a través de la música, siendo además base de enseñanza, expresión de identidad y emblema de festividades como el celebrado en Aguadas. Por ello, la modernización y revitalización del pasillo constituyen un tema central en la defensa del patrimonio musical.
En la actualidad, el pasillo atraviesa una etapa de reinvención, gracias a la labor de jóvenes artistas dispuestos a experimentar con nuevas fusiones manteniendo el respeto por la tradición. La evolución de este género evidencia no solo la riqueza del repertorio colombiano, sino también la importancia de mantener espacios de formación y reconocimiento para asegurar su proyección en contextos nacionales e internacionales.
¿Cómo contribuyen los festivales musicales a la educación y preservación del folclor?
Los festivales como el Nacional del Pasillo Colombiano cumplen funciones clave en el ecosistema musical y cultural del país. No solo son espacios de competencia y exhibición artística, sino que también actúan como plataformas para la investigación, la formación de nuevos públicos y el estímulo a la profesionalización. Gracias a incentivos y premios como los entregados durante el festival, se promueve la investigación sobre el género y la transmisión de saberes, asegurando así la continuidad de las tradiciones musicales.
Asimismo, estos festivales generan espacios de encuentro intergeneracional y diálogo entre intérpretes noveles y experimentados, consolidando un sentido de comunidad y pertenencia. A través de la participación activa de jóvenes talentos y el respaldo institucional, los festivales contribuyen al fortalecimiento y la salvaguardia del folclor colombiano, adaptándolo a las transformaciones del presente sin sacrificar su esencia histórica.
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