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Las obras del maestro Fernando Botero son conocidas mundialmente por sus rasgos característicos, sobre todo por la exposición en la ciudad de Medellín en el parque Berrío en la icónica Plaza Botero, donde se encuentran las 23 “gordas de Botero”. Sin embargo, este no es el verdadero objetivo de estas importantes esculturas del artista.
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Y es que muchos de los seguidores del maestro piensan que él pinta gordos o gordas, cuando precisamente no es así. Por eso, de una forma muy clara y concisa, lo explicó el propio hijo del artista, Juan Carlos Botero.
El hijo del maestro colombiano contó los detalles de porqué su padre siempre dijo que él nunca ha pintado “gordos”. Esto porque, según él, su padre siempre pintó e intentó reflejar el volumen y no la gordura.
Con sus obras, en las que exploró el volumen, la anatomía y la figura humana hasta sus últimas consecuencias, llegó a países como Estados Unidos, Francia, China y España, lo que habla de un artista que deja un legado que perdurará en la historia del arte nacional.
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¿Cuál es la diferencia entre gordura y volumen en obras de Fernando Botero?
Según Juan Carlos, el estilo de su padre siempre fue enfocado al volumen, mientras que la gordura “afea” las cosas, el volumen “magnifica la belleza y brinda sensualidad y grandeza de las cosas”.
“Es tan notable la diferente, que muchas de las mujeres tienen la cintura delineada y el abdomen de los hombres están marcados también. Las diferencias se ven a simple vista, pero muchas personas se equivocan”, sostuvo.
“Ninguna pintura o escultura es gorda, es voluminosa y una de las ventajas de este artista fue mostrar las sutilidades diferencias entre las grandezas y las pequeñeces”, afirmó Botero, hijo.




También explicó que, por ejemplo, las facciones simples de las pinturas como los ojos, la boca y nariz, con un tamaño pequeño, hace que la silueta y volumen de las mujeres u hombres sea exaltada de una forma más sensual.
Para Juan Carlos, el estilo Botero brinda deleite a las formas que caracterizan las obras, para que sean más sensuales. El legado del maestro Botero es y quedará para la historia del arte colombiano y mundial, tal y como lo describió su hijo.
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