Al día siguiente de haber anunciado sus aspiraciones presidenciales (al participar, como otros precandidatos de más colectividades políticas, en el Congreso Empresarial Colombiano), Óscar Iván Zuluaga hizo una ronda de medios en la que empezó a esbozar sus ideas. Nada grueso todavía.

Pero hubo un planteamiento suyo que llamó mucho la atención en el contexto actual del país, sobre todo con miras alas elecciones presidenciales del 2022. Se refirió a unos de los actores sociales que han protagonizado las jornadas relacionadas con el paro nacional y que, incluso, han originado una ola de políticas públicas por parte del Estado para atender sus demandas: los jóvenes.

No los atacó. Lo que hizo fue desarrollar una reflexión que llama la atención en la medida en que entiende que la población de un país está compuesta por varios grupos etarios (de edad) y que ninguno puede predominar por que sí.

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En Caracol Radio le transmitieron a Zuluaga el comentario de uno de los oyentes de esa emisora, según el cual, si Zuluaga “está tan sintonizado” con lo que los jóvenes necesitan, “por qué se opone al aborto, por qué se opone a la eutanasia, por qué se opone a la legalización de la droga”.

“Lo primero es que las convicciones no son por moda”, empezó a armar su respuesta el precandidato. “Como está de moda decir que un grupo importante esté de acuerdo con el aborto, entonces uno tiene que seguir. Yo creo que el ejercicio es uno respetar lo que piensan otros, pero también decir lo que uno cree fruto de sus convicciones. Yo defiendo la vida por convicción”.

Después reforzó su idea sosteniendo que “esa es una posición clara que uno no cambia para adaptarse a la moda. Yo no creo eso. Hay valores esenciales que uno defiende: la transparencia, la honradez, el respeto. Eso no es de moda. Eso es de convicción”.

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Y ahí planteó su tesis sobre las ideas de los jóvenes: “Creo que el espíritu de los jóvenes tampoco puede ser el único que diga cuáles son los valores que necesita una sociedad”.

Para Zuluaga, una sociedad tiene que “resolverlos [los valores] de manera democrática, y hay canales de expresión, hay decisiones, y en eso consiste este juego de las discusiones públicas y políticas”.

Pero claramente lo más importante que debe tener un gobernante es carácter, pero debe tener convicciones. Y por eso es tan importante que en los debates los ciudadanos sepan cuál es ese carácter y esas convicciones y toman libremente sus decisiones [a partir de] dónde se sienten mejor y en eso consiste el ejercicio democrático”, concluyó.