Quizás esa sea una buena primera referencia para entender los términos ‘mamerto’ y ‘mamertería’: si María Fernanda Cabal es de la entraña del Centro Democrático, caracterizado por ser de la extrema derecha, lo opuesto, es decir, a lo que ella se enfrenta, son los partidos y movimientos de izquierda, los progresistas y defensores de libertades. Una conclusión inicial es que esos son los ‘mamertos’.

Pero ella no solo usa el término en la esfera de la política, o sea, en el debate público, sino en la intimidad de su hogar. Cuando se dirige a un auditorio “se desahoga […] lo mira a los ojos y le habla de los mamertos y la mamertería en Colombia”, reseña un perfil de Cabal que publica Semana. Y hasta a sus hijos les toca el tema, de una manera que la puedan entender, eso sí: “Ojo con los mamertos, porque hablan paja y no cumplen horario”.

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“Me ha tocado enfrentar tanta mamertería en debates que uno dice: ‘Esto no es posible’, porque es como una plaga”, dijo Cabal en la revista, para la cual la senadora se ha convertido “en el fenómeno político del momento en Colombia”.

Lo que en realidad está haciendo Cabal es desempolvar un viejo concepto que puede tener más de 60 años en el país, y que, por su uso, llegó a entenderse como la única manera de referirse (despectivamente, la mayoría de las veces) a quienes militaban en la izquierda, pero particularmente a los miembros del Partido Comunista de Colombia.

El hecho de revivir el término, y su permanente reiteración, también puede hacer que resurja la imagen que le dio origen: la del militante cerrado y doctrinario con ideas marxistas, pero que no era capaz de llevarlas a cabo. Esa es la imagen que Cabal quiere seguramente endilgar a los militantes de la izquierda contemporánea. Lo que puede contar a favor de Cabal es que las palabras tienen poder.

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De hecho, personajes de otra esfera, la del entretenimiento, como la cantante colombiana Marbelle, la usan incluso ironizando sobre el lenguaje inclusivo, también muy propio de las izquierdas: no habla de ‘mamertos’, sino de ‘mamertes’.

En el diccionario de la RAE no está la palabra ‘mamerto’. Pero en el Diccionario de Americanismos sí aparece con cuatro acepciones: en México significa “Persona engreída”; en Bolivia, Argentina y Uruguay quiere decir “Persona que tiene por hábito ingerir bebidas alcohólicas”; en Paraguay, Cuba, Ecuador y Bolivia, “Persona de poco entendimiento o razón”, y en Colombia, “Miembro del Partido Comunista de Colombia”.

¿Qué significa ‘mamerto’ en Colombia?

Sin embargo, para el caso colombiano, se han dado explicaciones más documentadas, como la del profesor de la Universidad Nacional de Manizales Jorge Hernán Arbeláez Pareja, que planteó cuatro sentidos: i) se aplica a un texto “largo y dificultoso”; ii) a “todo aquel que gusta de llevar ‘la contraria’”; y iii) a los que “o bien militan en algún grupo de izquierda o bien se portan de la forma como la mayoría consideran que proceden los ‘izquierdosos’”.

Pero quizá la acepción original de la palabra ‘mamerto’ es la que señala el profesor Arbeláez Pareja, es decir, la iv), que “está vinculada con […] el Partido Comunista (PCC), tradicional por sus ocho décadas de existencia”. El docente recuerda que, en los años 60 del siglo pasado, inspirados en la Revolución Cubana, surgieron en el país varios movimientos.

“Coincidencialmente, una buena parte de los dirigentes del Partido tenían nombres como Gilberto, Filiberto o Alberto. El primero, Gilberto Vieira, fue su conspicuo Secretario General durante muchas décadas; un fósil erudito y conocedor, como pocos, de las luchas sociales”, escribe Arbeláez Pareja.

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En síntesis, se puede decir que, para el profesor, la palabra ‘mamerto’ es una suerte de acrónimo. Y lo explica de esta manera: “En el habla cotidiana de los colombianos quien se retracta, se arrepiente o procede con mesura es considerado ‘mamón’. Quien se ‘mama’ simplemente desiste […]. En medio del sectarismo ideológico, algunas organizaciones de izquierda […] consideraban que el PCC era timorato porque rechazaba lo que este juzgaba aventurerismos prematuros”.

De la mezcla de esos nombres y del colombianísimo término ‘mamarse’ surge la palabra ‘mamerto’. En la jerga de la izquierda colombiana ‘mamertiarse’ puede ser o bien abandonar y posponer cualquier lucha (cualesquiera sean las razones), o bien adoptar posturas que se juzgan propias del PCC”, agrega el profesor.

Para rematar, recuerda que, en esos mismos años 60, se emitía en la radio el programa de humor muy escuchado ‘Los Chaparrines’, y que “uno de los protagonistas, Mamerto, era torpe, ingenuo y muy cómico. Como entenderán, esta figura les cayó de perlas a quienes eran detractores del PCC o simplemente querían tomarle del pelo”.

¿De dónde sale la palabra ‘mamertería’?

Fabio Zambrano, otro profesor de la Universidad Nacional citado por El Tiempo, recuerda que el columnista Jorge Child aprovechó al personaje y “bautizó a Gilberto Vieira y los demás camaradas que lo acompañaban [en la dirección del PCC] como los mamertos”, pues consideraban que no estaban dadas las condiciones para que la revolución triunfara en Colombia. A ellos les decían: “No se mamen, no se mamen, no sean mamertos”.

“El termino tenía una carga negativa porque, para ellos, en Vieira no se veía a un valiente revolucionario, sino a un burócrata que logró ser secretario del Partido Comunista durante 44 años. Asumió el cargo en el año 1947, antes del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y mucho antes de la fundación de las Farc”, agrega el diario.

‘Mamertería’, la palabra que se viene situando en la punta de la lanza de la senadora Cabal, resulta de sumarle a ‘mamerto’ el sufijo -ería, que relaciona sustantivos femeninos con sustantivos, adjetivos o verbos. Con el significado, entre otros, de ‘abundancia’ (palabrería), ‘conjunto o colectividad’ (sillería, frailería), o ‘lugar donde se ejerce o donde se está’ (conserjería, cafetería, sastrería, vaquería… o, en la idea de Cabal, ‘mamertería’).