El jefe negociador del Gobierno dialogó con El Nuevo Día y relató que está  recorriendo el país y a todos los lugares a los que llega le hacen un reconocimiento por el Acuerdo de Paz que se firmó con las Farc.

El Nuevo Día: Usted con toda su experticia en generar consensos, ¿cómo dirime las tensiones al interior de la Coalición Centro Esperanza?

Humberto de la Calle: Cuando se creó la coalición hace casi dos años, ideamos un núcleo programático y un núcleo ético común en el que todos estamos de acuerdo. Desde el principio se dijo que había posibilidad de disenso porque, finalmente, en eso se basa la democracia. En mi opinión, esto lo deben resolver los ciudadanos a través de las elecciones del 13 de marzo. Desde la coalición estamos robusteciendo nuestro mensaje de señalar un camino desde el centro para Colombia. Estamos a favor del ‘no continuismo’, pues el fracaso del uribismo es notable, pero tampoco hay que caer en los ‘cantos de sirena’ del populismo. Hay que promover una actividad reformista que el país ha perdido, un deseo de cambio serio, racional, sin fanatismo pero, evitando los desbordamientos.

E.N.D.: Cuando se piensa que fue superada una crisis interna de la coalición, vuelve a surgir otra, ¿qué tanto daño le ha hecho a la confianza interna de la misma?

H.C.: Me parece que el problema que genera más daño termina siendo pedagógico porque hay personas que no entienden que dentro de una misma coalición se pueden presentar estos roces. La rivalidad es inherente a la política, lo que puede desconcertar y generar dispersión. Esto ya no es de reunirse y hablar internamente. Lo mejor es que, a pocos días de las elecciones, las ‘disputas’ las diriman los votantes en las urnas para elegir un único candidato.

E.N.D.: ¿Usted cree que Alejandro Gaviria se equivocó e irrespetó lo acordado en el cónclave suscrito respecto al apoyo de maquinarias políticas?

H.C.: Creo que no es un tema de egos, hay dos formas de ver ese movimiento político. Alejandro piensa que la transformación debe hacerse utilizando las organizaciones políticas que ya existen y por eso ‘echa mano’ de las adhesiones, mientras que personas como Robledo y Fajardo creen que hay que renovar el establecimiento político. Es una discusión de fondo, yo insisto en que ya no hay que profundizar en reuniones cerradas para saber quién tiene la razón y qué tipo de incumplimientos se presentaron. Yo pondría esto en manos de la ciudadanía.

E.N.D.: ¿Qué opina de la intención de apoyo de César Gaviria a distintos sectores políticos?

H.C.: Es una incógnita porque no necesariamente lo que se decide en Bogotá en el tema del Partido Liberal es lo que acatan las organizaciones de los barones locales. Pregúnteme a mí que, después del apoyo del liberalismo, la votación nunca apareció. Creo que César Gaviria está a la espera del 13 de marzo para ver qué camino tomar. Yo preferiría que asumiera sus riesgos e indicara cuál es la línea del partido. Creo que algunas personas no han entendido estas rivalidades.

(Vea también: “Petro figuraría y César Gaviria gobernaría”: profesor Gilberto Tobón, sobre posible alianza)

E.N.D.: ¿Cómo ve usted la posibilidad de que la coalición continúe cohesionada en el caso de que no gane algún miembro de la misma?

H.C.: Dejando de lado esas disputas, lo que tengo en mente es configurar una bancada fuerte que pueda jugar un papel crítico y crucial porque si el candidato es de la coalición, deberemos articular las tareas de ese presidente con el congreso ‘limpio’, sin mermelada y altos niveles de ética. Si eso no es así y gana alguien distinto, mi posición es que debemos ser una fuerza independiente. Insisto en que vamos a ser un bloque importante en el Congreso, que apoyará las iniciativas que sean razonables y que hará oposición reflexiva y civilizada frente a aquello que consideremos nocivo. Me parece que esa postura le da sentido de sostenibilidad a la coalición, más allá de lo que suceda con la elección presidencial.

E.N.D.: ¿Cree que exista un propósito de unidad de bancada que se vea reflejado en las decisiones que se tomen en el Congreso?

H.C.: Considero que la lista está unida y que tenemos una opción de cambio. Allí, además, habrá más fuerzas de centro que confluirán. No dejo de reconocer que hay sectores del Partido Verde que prefieren apoyar a Gustavo Petro. Habrá que ver después de la elección cómo pretende el partido tramitar esas diferencias, pero estoy seguro de que nuestro grupo parlamentario será importante.

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E.N.D.: ¿Por qué la gente debería votar por usted?

H.C.: Tengo experiencia. Algunas personas dirán que estoy muy viejo, pero me siento vigoroso. Mis políticas son más audaces y avanzadas en temas de libertades respecto a quienes me critican. Tengo experiencia y talante. Soy pluralista, comprendo las diferencias, estuve cinco años hablando con una guerrilla y tuve la oportunidad de sacar adelante el Acuerdo de Paz. A algunos colombianos no les gustó, pero me parece que lo triste de Colombia es que, después de tener esa oportunidad, y por acciones del Centro Democrático e incumplimientos del Gobierno Nacional, lo que estamos viendo es que la violencia está renaciendo. El año pasado hubo 92 masacres, Arauca está fuera de control al igual que el Catatumbo. 300 firmantes de la paz y 270 líderes sociales fueron asesinados. Tenemos que recuperar el camino de la paz.

Creo en una reforma política, pues es la forma sustancial de luchar contra la corrupción. Me parece que una reforma a la justicia es esencial, agregando temas de medio ambiente, de libertad, de igualdades y no estigmatización, profundizando en género, reconocimiento de diversidad sexual y el libre desarrollo de personalidad.

E.N.D.: ¿Le preocupa que en el debate político no esté situado el tema de la paz como lo dijo el padre Francisco de Roux?

H.C.: Es cierto que la paz no es el eje que encabeza las líneas políticas predominantes como sí lo fue en el 2018, pero creo que no ha desaparecido. Estoy recorriendo el país y a todos los lugares en los que llego hay un reconocimiento por la paz y un deseo de no desistir. Voy a especular, pero creo que si hoy hiciéramos un plebiscito el día de hoy, ganaría el ‘sí’. La Reforma Rural Integral es un tema estratégico para Colombia y particularmente para el Tolima. Aquí hay una enorme población rural y la economía gira alrededor de esa ruralidad. El gobierno no cumplió la reforma rural y algunos expertos dicen que si seguimos en este ritmo, nos tomaremos 26 años para un propósito que es esencial para el país.

E.N.D.: ¿Y cuáles son las ‘líneas gruesas’ de esa reforma política que usted plantea?

H.C.: Hay que profundizar en el tema de la financiación de campaña porque sigue ‘campeando’ el dinero negro. Por ejemplo, el que le ‘mete’ 12 mil millones de pesos a una campaña, ¿qué espera en retribución?, como el caso de Aída Merlano. No solo sucede en Barranquilla, sucede en todo el país. Creo que la Circunscripción Nacional debe revisarse. La idea inicial era generar liderazgos nacionales. Los congresistas, en general, siguen siendo senadores de una determinada región, pero comienzan a llevar mensajes políticos con altos costos de campaña, lo que representa una invitación a la corrupción. Mi propuesta es regresar la idea original, circunscripción sólo para minorías, listas que saquen votación pero que no alcancen la representación, deberían ir a una especie de ‘repechaje’ para que sumen en las listas territoriales.

La época de los barones electorales que se perpetúan 30 o 40 años en el Congreso se debe acabar. Hay que limitar el número de periodos para la reelección de congresistas y agregar una institucionalidad independiente. Hoy el Consejo Nacional Electoral está compuesto por delegados de los partidos, lo que genera desconfianza. Hay que adoptar la independencia del CNE y promover un método de elección distinto.

E.N.D.: ¿Qué tanto cree que se pueda expresar el voto de opinión en estas elecciones tras hechos como el Paro Nacional, teniendo en cuenta la fortaleza de la que aún gozan las maquinarias políticas en las regiones?

H.C.: Usted menciona las grandes movilizaciones ciudadanas y me hace sentir que los jóvenes están más comprometidos, lo cual no quiere decir que vayan a votar, pero sí es claro que existe más conciencia ciudadana. También es cierto que las maquinarias siguen vigentes. Esto es un proceso de persistencia y hay que tomar decisiones, pero comprendo que no es posible hacer magia y corregir todas las deficiencias de la noche a la mañana, entre otras cosas, porque dependemos de los votantes.

Cuestión de convergencias

E.N.D.: ¿Ustedes desde la coalición entienden el alejamiento de los extremos en cuanto a propuestas o en la forma de hacer política?

H.C.: En el caso del uribismo, me parece que está de capa caída porque sus partidarios unen un lenguaje autoritario, de combate, de guerra y pugnacidad. Petro tiene unas propuestas interesantes, otras regulares, otras descabelladas. Mi sentir es que esto no es problema de propuestas, él también anda en un grado de pugnacidad y no ha logrado transmitir confianza. Me parece que existe desconfianza de un gran sector social y él está captando esta insatisfacción popular, pero un gobierno que mira una sociedad como dos bandos en conflicto no es lo que le conviene al país en este momento.

(Vea también: ¿Ojo con el 2022? Predicción del profesor Salomón sobre fin de la era política de Álvaro Uribe)

E.N.D.: ¿Cree que el Pacto Histórico y la Coalición Centro Esperanza pueden converger en el Congreso? 

H.C.: Nosotros debemos ser una línea independiente. Lo que provenga en beneficio de Colombia, sin importar de quién venga hay que apoyarlo, de lo contrario, haremos oposición civilizada, sin estigmatización y sin intolerancia.