Colombia, a las puertas de elegir a su próximo presidente, vive el periodo electoral “más violento de la última década” contra la prensa, caracterizado por el aumento de la violencia, los discursos agresivos en redes sociales y una falta de respuesta institucional.

Así lo indica un informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que también señala un aumento del 59 % en las amenazas contra medios de comunicación y periodistas respecto al mismo periodo de 2018, cuando se celebraron las últimas elecciones presidenciales, en las que fue elegido el actual mandatario, Iván Duque.

Según el informe, entre el primero de enero y el 20 de mayo de 2022 la FLIP registró “amenazas contra 97 medios y periodistas”, lo que se traduce en que un reportero ha sido amenazado cada día y medio. Seis de estas amenazas han derivado en desplazamientos forzados y exilios.

De los medios amenazados, 37 son digitales; 30 emisoras y cadenas de radio, 17 de ellas comunitarias; 10 medios televisivos y 5 impresos.

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Este incremento de la violencia hacia la prensa se da en un contexto en el que influyen tres factores: el orden público y “un recrudecimiento del conflicto“, “la agresividad y la violencia que se está viendo en la discusión pública sobre la carrera a la Presidencia en redes sociales” y la “ausencia de respuesta institucional”, señala a Efe Jonathan Bock, director ejecutivo de la FLIP.

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El próximo domingo los colombianos saldrán a votar a su próximo presidente, una carrera que en los últimos días se ha sumido en la incertidumbre tras la incógnita de quién pasará a la segunda vuelta: el candidato de izquierda Gustavo Petro tiene prácticamente su pase asegurado, según las encuestas, y su rival estará entre el candidato de derecha Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández.

“El clima para ejercer el periodismo se ha deteriorado por este aumento de las amenazas contra reporteros y reporteras, y también se agudiza por un clima persistente de descrédito, muchas veces coordinado, que ha operado contra periodistas y medios especialmente en redes sociales durante la campaña electoral”, denuncia la FLIP.

A pesar de la gravedad de estos casos, “no ha habido un respaldo público a la labor de la prensa en momentos donde es crucial”, y desde el Gobierno no se ha rechazado este tipo de ataques ni adoptado ninguna acción para frenarlas o hacerles frente.

Es más, añade el informe de la FLIP, otras figuras públicas, incluidos candidatos presidenciales, “han generado un ambiente de permisividad y de hostilidad en contra de diferentes periodistas”.

Este es el informe de la FLIP: