Como Enrique Peñalosa fue el padre del sistema Transmilenio en Bogotá, que se inauguró cuando estaba ejerciendo su primer mandato, sus contradictores suelen atacarlo vinculándolo con la empresa e incluso con la compañía que fabrica los articulados.

Sin embargo, Pulzo corroboró con anterioridad que Peñalosa no está relacionado con la entidad ni hace parte de la junta de ninguna empresa concesionaria, tal como él mismo lo ha tenido que confirmar en múltiples oportunidades.

Por mucho tiempo se dijo que el exmandatario capitalino tenía intereses personales en la construcción de la primera fase de Transmilenio, e incluso se afirmaba que estaba relacionado con una compañía de cemento, por lo que habría tomado la decisión de elaborar las troncales con hormigón.

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Posteriormente lo acusaron de tener un conflicto de intereses porque hizo parte de la junta directiva del Instituto para el Desarrollo de Políticas para el Transporte, que es una organización que se centra en el desarrollo de sistemas de buses de tránsito rápido (BRT, por su sigla en inglés), como lo es Transmilenio.

Sin embargo, ninguna de estas afirmaciones ha llegado a ser demostrada ante las autoridades, pero el ahora precandidato presidencial sigue teniendo que hacer claridad al respecto.

¿Qué responde Peñalosa sobre sus supuestos intereses en Transmilenio?

Peñalosa respondió en 2016 a las acusaciones y dijo que no tenía “ningún interés, una rueda o un bus, ni absolutamente nada y si yo tuviera algo, ya lo habrían sacado”. De hecho, el exmandatario de Bogotá incluso aseguró no conocer a las empresas operadoras de Transmilenio.

De acuerdo con el sitio web de la entidad, el sistema de transporte Transmilenio es operado por las siguientes empresas:

  • Connexión Móvil.
  • Ciudad Móvil.
  • Consorcio Express.
  • Express del Futuro.
  • Suma.
  • MasivoCapital.
  • Gmóvil.
  • Etib.
  • Este es Mi Bus.
  • Metrobus.
  • Sí99.
  • Somos U.
  • Transmasivo S.A.
  • Recaudo Bogotá S.A.S (Tullave).

Con respecto a quiénes están detrás de estos operadores, La Silla Vacía precisó, en 2018, que hay familias adineradas del país que tienen acciones o son dueñas de dichas empresas. Entre esas familias están: los Losada, los Martínez Palacio, los Hernández, los Rodríguez Socha, los Baqueroa y Henry Cubides Olarte.

Cabe aclarar que, por tratarse de una entidad pública, el sistema de transporte masivo en cuestión no tiene dueños privados, sino que es de la ciudad, y su ente gestor es Transmilenio S.A. Por su parte, la operación de los buses es la que está en manos de otras empresas.

Para que algunas compañías queden a cargo de operar los vehículos se llevan a cabo procesos licitatorios abiertos, tanto para organizaciones públicas como privadas, en los cuales son revisadas las ofertas de los proponentes. Posteriormente, se adjudica la licitación, en una audiencia pública, a la propuesta ganadora.

Ahora bien, hay diferentes concesionarios, tanto para los buses rojos como para los azules, que se encargan de manejar distintos tramos del sistema de transporte por un periodo específico, que se establece en los contratos y que es de 10 a 15 años, generalmente.

En ese orden de ideas, una empresa puede operar un determinado número de buses en ciertas rutas y en algunas zonas de Bogotá (ciudad en la que peatonalizarán varias vías por ventas de Navidad). Por tanto, es normal que haya diferentes compañías encargadas de dirigir distintos portales de la ciudad.