Mientras muchos negocios han tenido que cerrar o atraviesan una de las mayores crisis financieras de su historia por cuenta del coronavirus, otros encontraron una oportunidad que les ha hecho que las ventas prosperen, como la de los artículos y juguetes sexuales, algo un tanto inusual “en un país conservador como Colombia”, como lo expone The New York Times.
Gerson Monje, un vendedor de estos productos entrevistado por el ‘Times’, opina que el incremento en ventas obedece a que la gente en casa, durante la cuarentena, tiene más tiempo para sí misma: “Ya sea solas o acompañadas, las personas necesitan un poco de diversión en la intimidad”, comenta Monje.
El diario neoyorquino cita a la agencia Reuters, que contactó a seis comercios más y obtuvo respuestas similares en cuanto a la ‘luna de miel’ con las ventas de estos artículos.
Una sicóloga consultada por el medio estadounidense opina que estos juguetes son una buena fuente de entretenimiento para mantener el buen ánimo y retoma la idea del carácter conservador de los colombianos en general, pero insiste en que estas épocas de confinamiento pueden servir para explorar y saciar la curiosidad de cómo se utilizan y se aprovechan mejor los mencionados juguetes.
Uno de los ejemplos más claros del ‘recato’ de los colombianos publicados por The New York Times es el de una vendedora de estos productos en Bogotá, que veía la transmisión del papa Francisco el pasado Viernes Santo mientras rociaba desinfectante sobre varios juguetes sexuales antes de empacarlos y enviarlos a domicilio.
El medio destaca que si bien las ventas de estos productos han subido, la competencia en Bogotá es fuerte, pues algunas zonas de la ciudad cuentan con hasta 30 tiendas que se dedican a lo mismo, lo que hace suponer que las ventas podrían haber crecido un poco más.
Un caso de éxito en ventas en un ámbito de menor competencia lo ofrece una tienda en Medellín destacada por el ‘Times’, cuyas ventas se incrementaros 140 % en el mismo periodo, que por ahora terminaría el 26 de abril a medianoche, si el gobierno colombiano no decide ampliarlo antes. Eso significaría que el negocio de los juguetes sexuales seguiría haciendo su agosto.
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