Escrito por:  Redacción Economía
Jul 17, 2023 - 6:26 am

El magnate checo Daniel Kretinsky, apoyado por el financiero francés Marc Ladreit de Lacharrière, quedó solo como candidato para hacerse con el grupo Casino, luego de que el consorcio 3F, constituido por los empresarios Xavier Niel, Matthieu Pigasse y Moez-Alexandre Zouari, anunció este domingo que se retira de la carrera para salvar ese grupo.

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El grupo, que aparte de Europa conserva activos en Latinoamérica, con negocios sobre todo en Brasil (GPA) y en Colombia (Éxito), así como en Argentina (Libertad) y Uruguay (Devoto Hermanos y Grupo Disco), está atenazado por una deuda que amenaza su continuidad.

El consorcio empresarial 3F se retiró de la puja por considerar que la dirección de la empresa ya se ha decantado por la otra oferta.

Explicó, además, que no ha recibido algunas de las informaciones que había pedido sobre una situación financiera “peor que la esperada”. En concreto, de acuerdo con un comunicado, quería más precisión sobre las proyecciones en términos de necesidades de liquidez y resultados en lo que queda del año y, a la postre, con esa negativa le parecía que el proceso estaba “sesgado”.

Si no hay alteraciones del programa de última hora, este lunes deben reunirse todas las partes implicadas, es decir, la dirección de Casino, los conciliadores, los acreedores y los candidatos para hacerse con la compañía.

Un desenlace parece urgente teniendo en cuenta que la semana pasada Casino revisó a la baja sus expectativas para 2023, con un resultado bruto operativo (Ebitda) que se quedará por debajo de los 300 millones de euros, cuando el 26 de junio todavía esperaba 440 millones.

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La empresa también anticipa en esa última revisión un bajón de su facturación del 8,9 % en el segundo trimestre (respecto al mismo periodo de 2022), con 3.600 millones de euros, y eso sobre todo por un descalabro de las ventas en sus hipermercados y supermercados, del 17 % y del 14 %, respectivamente.

Kretinsky también ha modificado ligeramente su propuesta, que ahora conlleva, sobre todo, la promesa de inyectar 1.200 millones de euros (antes 1.350) para dejar un mayor margen a los acreedores, cuyo visto bueno es imprescindible para que cualquier plan de salvamento salga adelante.

La dirección pretende preservar el grueso de su negocio en Francia, y para eso tiene programado un plan de cesiones de activos, después de haber vendido a finales de junio la parte que todavía controlaba en la cadena brasileña Assaí.

Ha indicado que tiene intención de ceder, en particular, el resto de los activos que aún conserva en Latinoamérica. También tiene firmada la venta a su competidor Intermaerché de 180 tiendas que representan una facturación de 1.050 millones de euros.

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