Muñoz, que llegó a Medellín en 1999 huyendo de la violencia, tuvo varios trabajos que lo llevaron a ahorrar el dinero suficiente para edificar Electroimpacto, una compañía de instalaciones eléctricas que emplea a 35 personas en la capital antioqueña.

‘Rigo’ detalló qué fue lo que lo inspiró a trabajar duro para darles oportunidades a los demás, oportunidades que a él le habría gustado tener en su momento.

“Ese amor de servir a los demás. Cuando llegué a Medellín, nadie me conocía y todo el mundo me rechazaba. Yo vi la necesidad de que había muchas personas con necesidades de oportunidades. Yo no las tuve, pero sabía que debía hacer algo para que otros las tengan”, contó Muñoz a Caracol Radio.

El ahora empresario trabajó siete años con una compañía de construcción hasta que se independizó para “impactar al mundo con sus ideas”, como le dijo un amigo, con un emprendimiento basado “en el amor que siento por lo que hago”.

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“Hemos pasado por buenas y malas, pero hemos hecho proyectos muy grandes. La primera obra que hicimos fue con calidad, nos dimos a conocer en el mercado y todo el mundo quiso estar con nosotros”, relató el empresario a EFE.

Muñoz, un hombre de origen campesino, curioso y servicial, condujo a su empresa hacia un crecimiento “menos empírico” para continuar subiendo escalones con sus instalaciones eléctricas residenciales, comerciales e industriales, con grandes constructoras como clientes y su actual equipo de trabajo de 35 personas.

Esta es una entrevista que Muñoz concedió recientemente a Teleantioquia: