Un caso particular es el de Harry Sasson, que ha tenido que ofrecer las botellas de alcohol que tiene en sus sedes a precio de costo. Todos los productos de este tipo que se le quedaron ahora tienen que ser vendidos al precio mínimo para generar ingresos por ahí, según Blu Radio.

Harry’s Bar, uno de los restaurantes del chef colombiano, tiene “un inventario amplio de whiskys, rones, vodkas, coñacs y vinos, entre otros, y hay de todo, para todos los gustos y presupuestos”, afirmó un periodista de la mesa de trabajo de Blu Radio.

En total, las 738 botellas de whisky que tiene el local y que ahora están a la venta suman $ 148 millones de pesos. Entre ellas está una botella de Johnnie Walker que cuesta cerca de $ 9 millones de pesos a precio de costo.

Con respecto a los vinos, “se calcula que hay unas 1.820 botellas y un inventario de unos $157 millones de pesos”. Hay unidades que cuestan $45.000 pesos, mientras que otras rondan los $900.000 pesos, dependiendo de la casa vinícola.

El periodista calculó que la sumatoria, en precio de costo, de todos los licores que conserva el restaurante puede estar cerca de los $400.000 millones de pesos o incluso más.

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Adicionalmente, los establecimientos gastronómicos han tenido que vender los muebles que tenían en sus cocinas y salones. Al parecer, ha aumentado considerablemente la oferta de estos artículos de segunda en plataformas como OLX y Mercado Libre, indicó Blu Radio.

Estas son algunas de las decisiones que algunos locales de venta de comida han tenido que tomar para mantenerse a flote en la crisis económica que enfrentan, pues las ventas de los negocios relacionados con la alimentación se han reducido en un 80%, informó Semana.

En cambio, el panorama es diferente para otros restaurantes, que han tenido que cerrar porque no tienen el dinero suficiente para pagar los arriendos de sus locales. Tal es el caso de cinco de los locales de los Hermanos Rausch, dos restaurantes tradicionales del centro de Bogotá y una legendaria hamburguesería en la capital colombiana.

En entrevista con Noticias Caracol, Harry Sasson, en medio de lágrimas, aseguró que lo que más le preocupa es su gente y el tiempo que se van a tardar en conseguir un nuevo trabajo, pues ha tenido que cerrar tres de sus restaurantes porque “fue imposible cumplir con el tema de los alquileres”.

A propósito de esto, los negocios formales de comida, que son 17.000 en el país, tienen los arriendos más altos, llegando a costar hasta $120 millones de pesos por mes en el centro histórico de Cartagena, indicó El Tiempo.