Con la presentación, este lunes, de la reforma tributaria con la cual el gobierno del presidente Gustavo Petro busca recaudar en cuatro años unos 50 billones de pesos, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, comenzó a cumplir la principal misión que le encomendó el mandatario recién posesionado.

El documento, de 130 páginas y 68 artículos, había llamado la atención inicialmente por la expectativa que rondaba sobre, por ejemplo, cómo serán gravados el patrimonio y el salario de los colombianos. En esos casos, plantea que las personas naturales con ingresos superiores a 10 millones de pesos no tendrán beneficios, y las personas naturales con capital superior a 3.000 millones de pesos pagarán un impuesto al patrimonio del 0,5 %, y las que tengan más de 5.000 millones de pesos, el 1 %.

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Además de fortalecer los controles a la evasión, la reforma tributaria también propone que las pensiones superiores a 10 millones de pesos deberán pagar una contribución, mantiene la sobretasa al sector financiero del 3 %, y estipula que no habrá IVA para los productos básicos de la canasta familiar.

En cuanto a bebidas y alimentos, el documento establece que las azucaradas y la comida chatarra también deberán pagar tributación. En este rango, por ejemplo, ahora saldrá más caro comer en Crepes & Waffles porque los ingredientes que usa este reconocido restaurante están contemplados en el artículo 49 de la reforma.

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Pero ese mismo artículo de la reforma que comienza su discusión en las comisiones económicas del Congreso también incluye (además de productos como salchichón, salchichas, obleas y golosinas) los ingredientes de la popular fritanga, consumida por todos los estratos sociales, pero con mucho más arraigo entre las clases populares que busca favorecer el gobierno que recién comienza.

Esos productos los categoriza de la siguiente manera: “productos de carne y despojos comestibles, salados o en salmuera, secos o ahumados; harina y polvo comestibles, de carne o de despojos; carne y despojos comestibles, salados o en salmuera, secos o ahumados; harina y polvo comestibles, de carne o de despojos; [y] las demás preparaciones y conservas de carne, despojos o sangre”. Todos con sus respectivas partidas arancelarias.

La fritanga se elabora a base de despojos, es decir, vientres, asaduras (hígado, bofe) y otras partes de reses y cerdos. Además, la reforma menciona uno de los ingredientes fundamentales en la elaboración de la rellena: la sangre de esos animales.

Una preparación básica de ese plato típico tiene como elementos indispensables empella (manteca de cerdo), tripa y sangre de animal, además de papa, poleo, ajo, arroz, cebolla, comino y arveja, en diferentes proporciones. La elaboración varía de región a región, pero para sus ingredientes fundamentales son los que provienen de los animales.

De pasar la reforma tributaria que plantea la administración de Petro, habría que pensar en otras opciones para mantener viva esa tradición que comúnmente se conoce como “ir a piquetear”.