El mandato gubernamental de no comercializar especies silvestres para el consumo de personas en mercados callejeros o en restaurantes también afectó la compraventa de serpientes cobras y gatos civeta, informa el portal Inquirer.

Dicha prohibición, que afecta la gastronomía tradicional de muchas regiones de China, señala el medio, ha dejado a miles de persona sin empleo, y cita el caso de un granjero que llevaba cultivando las tres especies mencionadas durante varios años y, justo cuando comenzaba a lograr el punto de equilibrio de su inversión, llegó la prohibición, que lo obligó a quedar endeudado y sin empleo.

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“Sentí que me quebraba. Es muy difícil encontrar empleo a estas alturas”, dice el dueño del criadero, Liu Yanqun, de 38 años, que cultivaba alrededor de 800 ratas al mes, citado por el medio, que señala que el hombre no tiene idea de qué rumbo tomar a continuación.

El Times of India recoge que Yanqun adaptó su casa como criadero, es decir, que las antiguas habitaciones fueron convertidas en jaulas para los animales que criaba en esta área campestre de la provincia de Hunan, donde comenzó la pandemia por coronavirus en el mundo.

El ‘Times’ dice que el gobierno sustituyó estas prácticas por un subsidio para los afectados, pero tanto Yanqun como otros granjeros se quejan de que ese dinero no es suficiente para sostenerse.

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Antes de la pandemia, estas ratas, que se alimentan exclusivamente de bambú y son consideradas una plaga por los agricultores, estaban comenzando a ser valoradas como cultivos sostenibles y más ecológicos que engordar ganado o cabras, señala Channel News Asia.

Este video de Channel News Asia muestra cómo era el negocio de las ratas del bambú en ese país antes de que se prohibiera su crianza y consumo. En el video se destaca el platillo de ‘rata y cobra en el mismo plato’ que ofrece un restaurante chino: