Hasta el siglo XVI, las operaciones comerciales se efectuaban con barras, tejos o barretones de oro, oro en polvo y también trozos y barras de plata. En el reino español, el “castellano” o “peso” era una medida equivalente a unos 4,6 gramos de oro, le explicó a BBC Julio Torres, curador del Museo Casa de la Moneda de España y autor del ensayo ‘La implantación de la moneda en América’.

Al iniciarse las acuñaciones, el nombre de “peso” se aplicó a un tipo de moneda: “el real de a ocho”, que eran unos discos de 27 gramos de oro de tepuzque, que básicamente era cobre.

“La moneda de plata de ocho reales, también llamada ‘peso’ o ‘duro’, fue la continuadora hispana de un patrón de monedas grandes y gruesas iniciado en zonas del centro de Europa a finales del XV”, señala Torres en su ensayo.

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Con el pasar de los años, la moneda metálica se comenzó a acuñar en metales industriales (junto con los billetes) y se convirtió en dinero respaldado por la confianza de una sociedad y no en el valor en sí del metal.

Hoy en día, el peso es la moneda de países como Argentina, Chile, Colombia, Cuba, México, República Dominicana y Uruguay.