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El oro alcanzó un máximo histórico recientemente, superando los 3.500 dólares estadounidenses por onza, según datos citados en el artículo original. Este hito se produce en un contexto de creciente incertidumbre en los mercados financieros internacionales, motivada en parte por las expectativas de recortes en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La función tradicional del oro como refugio ante la inestabilidad económica y política ha vuelto a cobrar protagonismo, atrayendo a inversionistas preocupados por la volatilidad.
El incremento es especialmente notable si se compara con el precio fijado en 1944 por el acuerdo de Bretton Woods, cuando la onza de oro se negociaba a 35 dólares. Esto representa un aumento superior al 10.000% en ocho décadas, lo que, según datos históricos del Fondo Monetario Internacional, manifiesta los profundos cambios en el sistema financiero global y la percepción de riesgo de los actores económicos. El precio alcanzado no solo simboliza la incertidumbre actual, sino también la transformación del oro de un respaldo monetario formal a un activo de resguardo en tiempos de crisis.
La reciente subida está vinculada, además, a la presión política sobre la independencia de la Fed. El Financial Times argumenta que las dudas en torno a la autonomía del banco central estadounidense han intensificado la demanda de activos seguros, como el oro. El temor a la posible volatilidad de políticas monetarias, producto de tensiones entre el gobierno y la Fed, ha elevado la búsqueda de refugio financiero.
Paralelamente, los bancos centrales han incrementado de forma sostenida sus compras de oro durante los últimos cuatro años, según el Consejo Mundial del Oro. Se proyecta que en 2025 dichas adquisiciones superarán las 1.000 toneladas métricas, lo que responde a la intención de diversificar reservas y disminuir la dependencia del dólar estadounidense en medio de tensiones económicas y políticas en Estados Unidos.




Un sondeo reciente del Consejo Mundial del Oro, realizado entre 73 bancos centrales, revela que el 95% prevé aumentar sus reservas en oro el próximo año, mientras casi tres cuartas partes consideran reducir su tenencia de dólares. Estas decisiones están motivadas principalmente por la preocupación sobre la sostenibilidad fiscal estadounidense y el potencial impacto de las decisiones políticas en Washington sobre la fortaleza del dólar. China destaca en este contexto, completando nueve meses seguidos de compras, como señaló un reporte de Reuters de julio 2025, reflejando una estrategia para fortalecer sus reservas y protegerse frente a incertidumbres comerciales.
Históricamente, la apreciación del oro se ha potenciado desde la abolición del patrón oro y la expansión de la emisión monetaria mundial, fenómenos que han incrementado la percepción del metal como activo de resguardo. Ejemplos como la crisis financiera de 2008 y la inflación global surgida tras la pandemia han consolidado aún más esta función, como se recoge en la Harvard Business Review. El reciente repunte del oro, por tanto, condensa no solo temores coyunturales, sino también tendencias estructurales en el sistema financiero internacional.
En definitiva, la marca histórica en el precio del oro muestra la convergencia de factores como la incertidumbre global, las tensiones políticas que afectan la autonomía de los bancos centrales y la diversificación de reservas internacionales. El oro ratifica así su papel como un termómetro crucial de la percepción internacional del riesgo, evidenciando también el cuestionamiento creciente a la solidez del sistema financiero sustentado en el dólar, según reportes de la Economist Intelligence Unit para 2025.
¿Por qué los bancos centrales diversifican sus reservas y qué desafíos implica? Diversificar reservas significa distribuir los activos estatales entre diferentes monedas y valores, de modo que un país no dependa exclusivamente de la estabilidad de una sola divisa. En el contexto mencionado por el Consejo Mundial del Oro, muchos bancos centrales buscan reducir su exposición al dólar estadounidense, preocupados por la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos y el impacto de las políticas de Washington.
Este proceso plantea desafíos importantes, ya que cambiar reservas de una moneda a otra –o a bienes como el oro– puede influir en los tipos de cambio y generar volatilidad en los mercados. Además, requiere gestión cuidadosa para evitar pérdidas por fluctuaciones de precios, como las que acompañan el valor del oro.
¿Qué se entiende por “patrón oro” y cuál fue su impacto en el precio del oro? El “patrón oro” fue un sistema financiero internacional en el que el valor de la moneda estaba respaldado directamente por reservas de oro. Según los datos históricos citados, en 1944, el acuerdo de Bretton Woods fijó el precio del oro en 35 dólares por onza, estableciendo una relación estable entre el dólar y el metal.
La abolición del patrón oro permitió a los gobiernos emitir más dinero sin respaldo en oro, lo que a la larga contribuyó al incremento exponencial del precio del metal y cambió su función: de sustento del sistema monetario a refugio ante la incertidumbre económica y la depreciación de las monedas fiduciarias.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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