Elon Musk no pasa por su mejor momento como líder de la compañía de autos eléctricos más exitosa del planeta, pues su anuncio inicial generó un alza en el precio de la acción de la compañía, que pasó de 379 dólares a 420 dólares, según The Guardian, y eso es algo penalizado por la regulación financiera en Estados Unidos.
Es como cuando se rumoró que Bill Gates iba a vender parte de sus acciones de Microsoft, hace más de una década, y eso generó un pánico financiero entre los inversionistas, pues se cree que si el dueño mayoritario de una compañía vende su participación, es porque algo malo está pasando.
Para infortunio de Musk, un par de días después de su controvertido trino, el industrial confesó en una entrevista con The New York Times que estaba agotado, que el último ha sido el peor año de su carrera y que “lo peor (para Tesla) estaba por venir”, lo cual derrumbó el precio de la acción de Tesla en casi un 9 %.
Y como Tesla no ha recibido la oferta de financiamiento de la que hablaba Musk en su trino (que se especulaba que serían fondos de inversionistas árabes), el precio de la acción ya sufre como castigo un bajón del 19 %, es decir que su precio actual es de 308 dólares.
The Guardian explica que todo esto se debe a una guerra que Musk sostiene con algunos inversionistas de bolsa, conocidos como ‘vendedores cortos’ o especuladores, quienes le apuestan a que la compañía quiebre, pues no ven factible que se cumplan las promesas de Musk respecto de producir en serie 20.000 unidades semanales del modelo 3S, por ejemplo.
El problema para Musk y para Tesla, asegura The Guardian, es que una cuarta parte de las acciones que están en el mercado de valores es manejada por dichos especuladores.
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