Estas especies “exóticas” de animales que el hombre sacó voluntariamente o no de sus ecosistemas originales causan problemas en sus nuevos hábitats y afrontarlos ha costado al menos 1,28 billones de dólares desde 1970, según este informe difundido en la revista Nature, que analizó miles de datos incluidos en la base pública InvaCost.

Plantas, insectos, aves, peces, moluscos, microrganismos, mamíferos… El hombre hace frente a estas especies invasivas luchando contra su proliferación, pero sobre todo contra los daños que provocan ya sea en superficies terrestres o marítimas. Y el monto de lo que cuesta esa lucha seguirá en aumento.

Estas degradaciones afectan a todos los ecosistemas, desde los bosques estadounidenses atacados por el longicornio asiático hasta la agricultura australiana, lastrada por el conejo. Sin olvidar las infraestructuras amenazadas por termitas, las canalizaciones obstruidas por el mejillón cebra y hasta la depreciación de los bienes inmobiliarios en Hawái debido a la rana coquí, cuyo canto puede alcanzar los 100 decibelios.

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Según los datos de InvaCost, incompletos, entre las especies que salen más caras se hallan las ratas, la lagarta peluda —un lepidóptero originario de Asia que ataca a los árboles en todo el hemisferio Norte—, las hormigas de fuego y, sobre todo, los mosquitos, debido al tratamiento médico que requieren las enfermedades que transmiten.

Por ejemplo, el mosquito tigre originario del sudeste asiático es una de las peores especies invasivas del mundo, que se extendió sobre todo en Europa portando el chikunguña, el dengue y el zika.

Además del coste “fenomenal”, “es preocupante su crecimiento constante, con un promedio anual que se duplica cada seis años y se triplica cada década”, según el autor principal del estudio, Christophe Diagne, del laboratorio francés Ecologie, Systématique et Evolution.

Aumento exponencial

Un alza que se debe en parte a “un aumento exponencial de las especies” invasivas, según Franck Courchamp, director del laboratorio.

Entre las ya citadas, figura además el gato doméstico, que “siguió a los navegantes cuando exploraban el planeta”.

Si bien se trata de un caso “particular”, el gato no deja de ser un “invasor en casi todas las islas del mundo”, según Courchamp, que lo describe como un temible depredador de aves y reptiles.

Las especies exóticas invasivas figuran entre las cinco principales causas de destrucción de la naturaleza, según el informe de 2019 de los expertos de la ONU sobre biodiversidad (IPBES), que da cuenta de un alza del 70 % de su número desde 1970 en los 21 países examinados.

“El comercio internacional hará que se introduzcan cada vez más especies y el cambio climático provocará que estas se establezcan cada vez más” en los territorios, según Courchamp.

Los autores del estudio abogan por limitar los daños y los costos con medidas de prevención, como una detección precoz.

Entre tanto, defienden que se complete la base de datos de InvaCost, con invasiones más recientes como el gusano cogollero del maíz, procedente del continente americano, que arrasó masivamente cultivos africanos antes de instalarse en Asia y Australia.

“Es probable que esta especie resulte ser más costosa que las diez que clasificamos”, según Courchamp.