
En momentos en que muchos países experimentan la necesidad de contar con instituciones eficaces, confiables y responsables que guíen hacia adelante a los ciudadanos —más allá de las retóricas de los gobiernos nacionales—, y con funcionarios que se conviertan en verdaderos líderes, avanza en el mundo una iniciativa para empoderar a esos servidores públicos e interconectarlos para que enriquezcan sus experiencias y mejoren su servicio.
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Esto es aún más importante si se considera que todos los días los gobiernos toman decisiones que afectan y moldean las vidas de la ciudadanía en aspectos que van desde la calidad de la atención médica (un aspecto muy sentido, por ejemplo, en Colombia), pasando por los sistemas de justicia y la inclusión de los sistemas económicos, hasta la respuesta colectiva a la crisis climática.
Desde el anonimato y en la soledad de sus oficinas y despachos, miles de funcionarios brillantes y comprometidos con el servicio civil por el que optaron resuelven problemas públicos con un espíritu emprendedor. Sin embargo, pese a su mandato y capacidades, muchos son subutilizados y trabajan incluso presionados cuando no ignorados por los gobiernos centrales. Rara vez cuentan con las herramientas, el espacio, los recursos, el reconocimiento o la comunidad para liderar el tipo de cambio sistémico que saben que es posible.




En últimas, los funcionarios que no tienen exposición mediática son los líderes del cambio más poderosos, pero también los más invisibles de la sociedad. Por eso, después de abrirse una primera cohorte en Uganda (África), se dio inicio a la primera cohorte de servidores públicos en América Latina (puntualmente 33 de Colombia y Ecuador) que se articularán para liderar transformaciones en sus instituciones.
Esa primera cohorte en Latinoamérica, por el lado de Colombia, está conformada por una diversidad de servidores provenientes de instituciones como el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Presidencia de la República, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y entidades territoriales de alto impacto en Bogotá, Cali y Medellín.
Ellos ahora integrarán una red que se inspira en la idea de que el cambio real en el sector público solo es posible cuando quienes lo lideran se sienten empoderados, conectados y respaldados por una comunidad que comparte sus desafíos y aspiraciones.
Esa red les ofrece acceso a dos componentes: un laboratorio de empoderamiento, que es una plataforma tecnológica soportada por IA para generar conexiones entre servidores públicos y acelerar la forma en la que diseñan transformaciones, y una incubadora de soluciones públicas donde fortalecerán sus habilidades técnicas y de liderazgo para diseñar transformaciones a problemas estructurales de políticas públicas.
El lanzamiento de la primera cohorte latinoamericana conformada por funcionarios de Colombia y Ecuador tuvo lugar los días 9, 10 y 11 de octubre, y reunió a servidores públicos, expertos y líderes en jornadas de inspiración, módulos sobre liderazgo y diseño del cambio. Los 33 escogidos harán un recorrido de 16 semanas para diseñar soluciones públicas lideradas localmente.
En el evento estuvo el exsenador Humberto de la Calle, que se refirió así al liderazgo público, la institucionalidad y los desafíos de la gobernanza en la región: “Reconozco el trabajo que desarrolla el GEN [Government Empowerment Network, responsable de la iniciativa] en torno al Estado y sus servidores, pues complementa el deseo de transformación”. Y agregó que proyectos como este “deben enfocarse en construir una Colombia que se abra a todos y que promueva la hermandad, demostrando que es posible hacer las cosas de manera diferente”.
En noviembre próximo se lanzará la tercera cohorte en Marruecos, de nuevo en África, avanzando en los esfuerzos para crear una red global de servidores públicos centrada en elevar el servicio civil con miras a convertirlo en algo efectivo para la sociedad.
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