Ahorrar sigue siendo uno de los grandes desafíos estructurales para la mayoría de los colombianos, pese a que los indicadores macroeconómicos reflejan un crecimiento en los niveles de ahorro a escala nacional. De acuerdo con datos oficiales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), hasta junio de 2024, los hogares del país lograron acumular un ahorro total de 25,6 billones de pesos, lo cual significó un aumento del 13,4 % en comparación con el año anterior, según lo señala Crónica del Quindío. Sin embargo, este crecimiento aparente contrasta con los hallazgos de estudios como el realizado por Credicorp, que revelan que aproximadamente el 75 % de los colombianos no consigue ahorrar de forma regular, debido principalmente a dificultades estructurales como la inflación, los bajos sueldos y la fuerte incidencia de la informalidad laboral.
El problema del ahorro en Colombia trasciende la esfera meramente económica y abarca también aspectos sociales y culturales. La inflación impacta de manera significativa la canasta básica, deteriorando la capacidad adquisitiva de los hogares más vulnerables, mientras que, según el DANE, más del 50 % de la fuerza laboral está vinculada a la informalidad. Esta situación restringe el acceso a productos financieros formales y perpetúa la inestabilidad económica de las familias. En este escenario, según el Banco Mundial (2023), las Cajas de Compensación Familiar se han consolidado como actores esenciales en la mitigación de estas inequidades. Su papel no se limita al otorgamiento de subsidios, sino que también abarca la oferta de programas de ahorro flexibles y servicios financieros diseñados específicamente para los sectores más afectados.
Un caso ilustrativo es Compensar y su programa "Privilegios", que ha beneficiado a más de 904.000 afiliados hasta julio de 2025, acumulando ahorros por encima de 48.000 millones de pesos, tal como informa Crónica del Quindío. De manera significativa, el 86 % de estos afiliados reporta ingresos inferiores a cuatro salarios mínimos, lo que demuestra un impacto palpable sobre grupos económicamente vulnerables. Este programa opera en alianza con 210 marcas en áreas como alimentación, salud, educación, vestuario y entretenimiento, proporcionando descuentos y tarifas especiales que ayudan a reducir el gasto familiar y fomentan el ahorro en el día a día.
Más allá del alivio en los gastos, estos esquemas de ahorro tienen un efecto positivo en la inclusión financiera. El Banco Mundial constata que el acceso a servicios financieros en Colombia permanece desigual, perjudicando sobre todo a mujeres y trabajadores informales. Por ello, la oferta de productos y líneas de crédito social con condiciones favorables por parte de las cajas de compensación facilita que los afiliados inviertan en sectores clave como educación, salud y vivienda, impulsando así el desarrollo sostenible de los hogares.




En complemento a estos esfuerzos, la realización de ferias presenciales, como la Expo Vital 2025 de Compensar, amplía las posibilidades de los afiliados al potenciar el acceso a productos de salud y bienestar a precios reducidos, promoviendo la integración comunitaria y estimulando el tejido económico local. Según Crónica del Quindío, estas actividades representan estrategias eficaces para el bienestar social y financiero de las familias.
El verdadero impacto de este tipo de programas debe entenderse dentro del marco de políticas públicas y estrategias socioeconómicas más amplias. Estudios recientes publicados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) subrayan la importancia de fortalecer el ahorro formal como un mecanismo central para la estabilidad social y económica en contextos de volatilidad global. En este sentido, las iniciativas de las Cajas de Compensación Evidencian que es factible construir alternativas eficaces para aumentar la resiliencia financiera y reducir la desigualdad.
Finalmente, la consolidación de una cultura del ahorro requiere enfrentar obstáculos de raíz y apostar por enfoques innovadores basados en evidencias. Según lo indica un informe de la consultora McKinsey (2024), lograr mayores tasas de ahorro en Colombia depende de brindar educación financiera adaptada y diseñar soluciones ajustadas a la vida de los hogares vulnerables. Así, aunque persisten grandes retos, el trabajo conjunto entre instituciones y políticas bien estructuradas pueden allanar el camino hacia un país más justo y financieramente sano.
¿Por qué la informalidad laboral afecta el ahorro en Colombia?
Esta pregunta resulta relevante porque, según el DANE y el Banco Mundial, la informalidad laboral sigue siendo superior al 50 % en Colombia y representa un obstáculo considerable para el acceso a productos financieros formales. Los trabajadores informales suelen carecer de estabilidad en sus ingresos, lo que dificulta la planificación a largo plazo y limita la posibilidad de destinar parte de sus ingresos al ahorro. Además, al no estar vinculados a sistemas de seguridad social o bancarización, muchos de ellos no pueden acceder a instrumentos de ahorro ni a líneas de crédito en condiciones favorables, perpetuando así su vulnerabilidad económica y el ciclo de exclusión financiera.
Abordar la informalidad es esencial para que un mayor número de personas puedan vincularse al sistema financiero y así tener mayores oportunidades de acumular ahorros. Tal como indican los estudios citados en el texto, el fortalecimiento de programas específicos, como los que ofrecen las Cajas de Compensación, contribuye a reducir esas barreras y promueve una inclusión más amplia y sostenible.
¿Qué significa inclusión financiera y por qué es importante?
La inclusión financiera se refiere al acceso que las personas y empresas tienen a productos y servicios financieros útiles y asequibles, como cuentas bancarias, créditos, seguros y mecanismos de ahorro. En el contexto colombiano, el acceso limitado a estos productos impide que muchos hogares, especialmente los más vulnerables, puedan protegerse frente a emergencias, invertir en oportunidades de desarrollo y romper el ciclo de la pobreza, según lo subrayan el Banco Mundial y CEPAL.
En consecuencia, avanzar en inclusión financiera no solo facilita el ahorro, sino que además fortalece la economía en su conjunto, pues permite a más personas invertir en su educación, salud y vivienda. Por eso, fomentar la participación activa de los hogares en programas como los de las Cajas de Compensación es clave para construir una sociedad más estable y equitativa.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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