La reforma tributaria se mantiene como el tema más discutido en Colombia. Algunos artículos del proyecto han levantado polémica por afectar el bolsillo de la clase media y baja, como sucede con el gravamen que se propone para las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.

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¿Por qué se está hablando de la reforma tributaria de Gustavo Petro? Conoce acá el contexto de esta noticia
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El artículo 49 de la iniciativa que radicó el Gobierno de Gustavo Petro establece el pago de tarifas adicionales para el consumo de varios de los productos más consumidos en Colombia. En el listado de alimentos que costarían más se incluyen bebidas a base de fruta, zumos, energizantes, gaseosas, embutidos, papas fritas, obleas, ponqués helados, arequipe, cereales, entre otros.

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Federico Gutiérrez, contra la reforma tributaria

Sobre el controvertido impuesto a los alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, Gutiérrez dijo en Semana que gravar estos productos afectará el precio de la canasta familiar y, además, golpeará a las empresas que producen tales productos.

“Claro que hay unos temas que impactan en la salud, y es un tema que tiene que revisarse, pero ellos mismos lo dicen cuando, prácticamente, anuncian que el objetivo no es recoger recursos, sino que nadie consuma. Eso es acabar con una industria que hoy genera muchos empleos. Aquí lo que hay es que educar a la gente”, afirmó el antioqueño.

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‘Fico’ señaló que lo ideal es promover la alimentación saludable, pero sin acabar la industria. A su juicio, gravar productos como el salchichón y demás embutidos de alto consumo lo único que haría es afectar las finanzas de las empresas y, por ende, incrementaría el desempleo.

“Estamos viendo el tema de los embutidos, del famoso salchichón, ese tipo de cosas, pero estamos yendo a unos extremos donde, básicamente, lo que quieren es acabar algunas industrias. Más que por un problema de salud pública, pareciera un tema de venganza contra algunas industrias y algunos sectores económicos”, concluyó.

Ante ese panorama, el excandidato le propuso a Petro una reforma tributaria no de 25 billones de pesos, sino de 10 billones. Según explicó, su fórmula “no golpea la clase media y vulnerable, no asfixia a las empresas y tampoco ahuyenta la inversión”.