En entrevista con ese mismo medio, el joven magnate, de 33 años de edad, afirmó que no lo mueve la plata sino las personas. Incluso, dice, lo que le importa es que Colombia tiene que ser un país más equitativo, con mejores oportunidades.

“Cada vida es un mundo, los padres y madres de familia que se levantan cada mañana a trabajar quieren, en esencia, una mejor calidad de vida para sus hijos, para sus nietos; quieren seguridad en sus casas, o para salir al parque y al trabajo”, aseguró Gabriel Gilinski, citado por El Tiempo.

Al tratar el tema de la riqueza, al joven banquero, que también es dueño del 50 % de la revista Semana, le preguntaron si estaría dispuesto a ceder parte de su riqueza, a lo que respondió:

“Sí. El dinero es un instrumento de libertad, porque no trae felicidad. Pienso que mi mayor herencia ha sido aprender la ética y el valor del trabajo”.

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Ante la respuesta, El Tiempo le preguntó sobre qué pasaría entonces con sus descendentes… ¿Se quedarían sin fortuna? La respuesta de Gilinski es que el peor error que podría cometer es dañar a sus hijos.

“Quiero, ante todo, que sean buenas personas, pero siempre exigiendo excelencia y el mejor desempeño en lo que decidan hacer. Aprenderán el valor del trabajo”, sentenció.

Gabriel es el abanderado de la fortuna de la familia Gilinski, estimada en 3.600 millones de dólares, según la revista Forbes. El año pasado protagonizó una de las movidas empresariales más importantes con la compra de Semana, y también registró la compra del total de acciones del Bbva en Paraguay, una transacción cercana a los 270 milllones de dólares.

De acuerdo con Forbes, los Gilinski también son dueños de GNB Sudameris (Gilinski National Bank), que tiene filiales en Perú, Paraguay, Uruguay y Colombia. Y tienen títulos de accionistas mayoritarios de compañías como Plásticos Rimax, golosinas Yupi y los productos de aseo Bon Brill.