Gustavo Petro acaba de ganar las elecciones presidenciales en segunda vuelta con un estrecho margen de votos. Mientras su contrincante Rodolfo Hernández sacó 10.580.412 votos, Petro alcanzó 11.281.013, histórica cifra para un candidato de izquierda.

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Antes y después de la llegada de la izquierda al poder se han conocido amenazas contra empleados y despidos por parte de empresarios que se niegan a aceptar la llegada de un exguerrillero a la Presidencia de la República.

En redes hay varios casos que ya son virales. Uno de ellos es el del médico Gabriel Cubillos, dueño y director de la Clínica de la Obesidad. Quien por medio de un vídeo antes del 19 de junio amenazó a sus empleados de despido si descubría que iban a votar por Gustavo Petro.

“Yo tengo bajo mi tutela por decirlo así, más de 100 trabajadores directos e indirectos, y no pienso darle comida a alguien que sea de esa calaña; ¿sí?, entonces yo como padre he fallado porque, imagínese a uno de mis hijos petrista. No voy a soportar eso ni en mi empresa ni en ningún lado ”, haciendo de paso la ilegal recomendación a otros empresarios.

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Además, afirmó lo siguiente: “Hagan lo que yo voy a hacer: después de las elecciones voy a hacer un polígrafo y el que haya votado por Petro se va de mi empresa. Así de sencillo”, sentenció el galeno. A su vez añadió que “no le voy a dar de comer a ningún atracador ni a ningún criminal. Entonces piensen así, empresarios”.

Consecuencias de sus actos

Según la Ley, el que amenace o presione por cualquier medio a un ciudadano o a un extranjero habilitado por la ley, con el fin de obtener apoyo o votación por determinado candidato o lista de candidatos, voto en blanco, o por los mismos medios le impida el libre ejercicio del derecho al sufragio, incurrirá en prisión de cuatro (4) a nueve (9) años y multa de cincuenta (50) a doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales vigentes.