Aunque los precios de la comida vienen bajando, este año está marcando un cambio de tendencia entre los consumidores colombianos. Es que las tiendas de descuento pasaron de pesar 21 % a 23 % en el valor del mercado en el país, según reflejan datos de la división Worldpanel de Kantar, basados en una muestra de 6.000 familias de 60 municipios del país, representativos de 9,8 millones de hogares.

Tiendas D1 o Ara siguen tomando fuerza entre los colombianos, pero también llama la atención el fenómeno Ísimo, la cadena de descuento del Grupo Olímpica que es relativamente nueva, pues entre enero y marzo ya acumulaba una participación de mercado del 1,6 %, representada en 157.000 hogares, de acuerdo con Kantar.

La dinámica de los discounters dista de la observada en canales tradicionales, cuyo peso en el mercado cayó del 16 % al 14 %, y de los minimercados, que pasaron del 17 % al 16 %, en lo que Jaime García, country manager de la división Worldpanel de Kantar Colombia, calificó como una coyuntura en la cual se están generando cambios en los hábitos de los consumidores y generando migración entre categorías.

“La restricción de gasto del comprador hace priorizar el volumen, es decir, elegir muy bien qué categorías comprar y darle prioridad a las más relevantes, e incluso aumentar el consumo de ciertos bienes”, agregó el experto.

¿Pero cómo se están reflejando estas tendencias en los barrios? Luz Stella Osorio, dueña de una pequeña tienda, dice que aunque cada vez hay más D1 y cadenas de descuento, al cliente fiel lo sigue jalando el tendero del barrio porque es cercano, y puede comprar fiado y en horarios más extensos.

“La tienda está abierta desde bien temprano y a veces hasta muy tarde y ahí uno coge clientela que trabaja hasta tarde y luego necesita lo del desayuno o para la lonchera de los hijos. Además mucha gente está comprando menudeado porque hacer mercado para todo el mes le sale caro, o eso me dicen a mí. O también, que no venden las marcas que uno vende aquí”, cuenta.

¿Y qué tanto se merca en las tiendas de barrio? Un informe de Servipunto a inicios de este año mostró cómo los colombianos gastaron un promedio de $ 8.726 en cada ida a esos comercios, lo cual representó un aumento del 19,7 % frente a finales del 2022.

Pero es ahí donde viene el gran reto, pues mientras esa plata serviría para comprar una libra de arroz ($ 2.450), un aceite de 250 ml ($ 4.300) y tres huevos ($ 1.950) en una tienda de barrio, en Ara, por ejemplo, alcanzaría para un arroz blanco de 500 gramos ($ 1.820) una bolsa de leche semidescremada ($ 2.990), lentejas ($ 2.990) y hasta un té en polvo como bebida ($ 840), según los precios especiales que se promocionan en su página.

Tiendas, rezagas en descuentos

En esto tiene que ver la guerra de precios que hace unas semanas iniciaron importantes almacenes en el país como Olímpica, Éxito, Makro o el mismo Ara. Y así lo aseguraron desde Treinta, fintech enfocada en las pequeñas y medianas empresas de Colombia y América Latina, en tanto “los descuentos llegarán en los próximos meses a las tiendas de barrio, conforme el mercado se ajusten a la caída del dólar”.

Según la firma, “el efecto no será inmediato como en las grandes superficies por las carencias tecnológicas, la falta de acceso a créditos sostenibles y la dificultad de prepararse frente a noticias de cambios económicos internacionales por estar atendiendo de sol a sol”.

Así las cosas, Man Hei Lou, cofundador de Treinta, apuntó que “es necesario impulsar la competitividad de este sector que abastece en el 95 % de los casos a los hogares más vulnerables del país, estimulando el crecimiento sostenible del sector y garantizando el bienestar de estas familias, resaltando su contribución al tejido social y económico del país”. Dicho sea de paso, en las mediciones de Treinta las mayores ventas de las tiendas de barrio son jabones en barra, servilletas, papel higiénico, crema dental y lavaloza.

En este punto vale recordar que los productos con los que las tiendas de descuento se han lanzado en la guerra de descuentos son huevos, arroz, aceite, frijol, pastas, chocolate, mesa, víveres, frutas, granos y champú, entre otros.

“Estamos atentos a las necesidades de los colombianos, entendemos y somos conscientes de la realidad de miles de hogares en el país, por lo que decidimos tomar acción y en este momento crítico, aportar en el propósito de garantizar la seguridad alimentaria del país”, valoró en su momento Pedro Leandro, CEO de Jerónimo Martins Colombia, propietaria de Ara.

En todo caso, el encarecimiento de los precios en el país ya ha hecho estragos en el comercio colombiano y así lo refleja Fenalco, gremio del sector, que describió cómo en abril el 81% de los negocios bajó o redujo sus ventas, mientras solo el 19% reportó un aumento.

Si bien la inflación está dando señales de haber tocado techo luego de llegar al 12,82% anual durante abril, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, indicó que persiste la incertidumbre entre los consumidores y el coletazo lo reciben los comerciantes.

“La incertidumbre de lo que pasará con las reformas, especialmente la laboral que traerá más costos para los empresarios, mantiene en vilo a los colombianos en general, que en principio frenan sus consumos”, anotó el dirigente gremial.