Un paciente que llegó enfermo a la pandemia del COVID-19, que se agravó durante el confinamiento, y que nunca logró aliviarse tras la reapertura. Así se podría describir la situación de la empresa textilera Coltejer, la cual fue símbolo de la pujanza empresarial de Antioquia en el siglo pasado.

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El 10 de mayo de este año la empresa anunció que radicó una solicitud de despido masivo ante el Ministerio de Trabajo, para terminar los 172 contratos que aún tiene. Estos son los trabajadores que sobrevivieron a la purga que hubo en 2021, cuando se terminaron por mutuo acuerdo otros 583 contratos.

En las últimas horas la compañía informó que descarta reactivar la producción a mediano plazo debido a los altos costos que implicaría. 

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Agregó que “dentro de la expectativa razonable de continuidad de negocio, la compañía no ha tomado la decisión de liquidarse ni disolverse, por lo que sus actividades se concentran en la sostenibilidad de la empresa, alivianando el pasivo y administrando los activos”.

Esto se traduce en decisiones como arrendar bodegas y vender lotes ubicados en la planta de Itagüí (por ahora no se conocen decisiones similares en la planta de Rionegro).

Otra decisión fue vender el lote ubicado en el barrio Enciso de Medellín, donde estaban ubicadas las famosas letras de Coltejer. 

La empresa decidió parar sus operaciones desde 2021, periodo en el que registró pérdidas netas por $120.923 millones. Además, su dueña, la mexicana Kaltex, incumplió el pago de bonos por US$218 millones.

Los problemas financieros que enfrenta Coltejer no son nuevos: desde el año 2000 se encuentran registros de dificultades financieras para la compañía.