La última temporada de La Casa de Papel, serie popular de Netflix, se estrenó hace poco menos de un mes. Algunas preguntas respecto a la estrategia de los ladrones para robar todo el oro del Banco de España se han suscitado desde el estreno de la nueva temporada, entre ellas, las consecuencias de que un país se quede sin oro en su reserva.

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Para despejar esa duda Pulzo habló con Andrés Moreno, analista y asesor financiero, sobre las consecuencias a corto y largo plazo de que, en una situación hipotética, a un país le fuese hurtado todo su oro.

Moreno aseguró que el oro es un respaldo que tienen los países para recibir créditos de la banca multilateral, es decir, de entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otras. 

“Toda la deuda, por ejemplo, en Colombia, se respalda con esas reservas de oro, entonces es mucho más fácil que el país se pueda financiarse, pues los bancos no tienen miedo de que el país entre en ‘default’, es decir, que este no pueda pagar los intereses de una deuda o de retornar el valor de la obligación”, dijo Moreno.

Entre otras de las ventajas de tener reservas está un mayor financiamiento, situación imprescindible para una nación, pues con los ingresos por tributos o impuestos a los gobiernos no alcanza para financiar todos los gastos que tienen, por lo que siempre debe adquirir deudas.

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¿Cuáles serían las consecuencias si un país pierde sus reservas de oro?

Entre las de corto plazo en Colombia, por ejemplo, perderíamos el acceso a créditos internacionales, además el país se vería obligado a girar el gasto público únicamente a lo que puede recaudar en impuestos, suma que no es suficiente.

“A nivel internacional perderíamos cualquier tipo de credibilidad, nadie nos creería cuándo fuéramos a pedir un crédito. Preguntarían ‘¿bueno y ustedes con qué van a pagar?”, agregó Moreno.

Otro aspecto que se vería afectado sería la confianza puesta en el país por los inversionistas. Esto, porque al no haber un respaldo, se daría un aumento en el riesgo del país, un endurecimiento en las condiciones de financiación y la más complicada, una reducción en la inversión extranjera, informó El Economista.