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Redactor     Mar 15, 2024 - 8:14 am

En los últimos días, los cafeteros de Colombia han denunciado una grave crisis que atraviesa el sector, lo que ha desencadenado algunos plantones, por parte de productores de Antioquia y Risaralda, frente a la Federación Nacional de Cafeteros, en Bogotá, para exigir soluciones que puedan dar frente a varios problemas que persisten desde hace varios años.

(Vea también: el producto colombiano que ahora piden en todo el mundo: vende millones y sigue creciendo).

Y es que, según lo contó El Tiempo, los cafeteros atraviesan una grave situación por los bajos precios del grano, y aunque ya se ha intentado entablar diálogo con el gerente de la Federación, algunos integrantes de la Unión de Cafeteros de Colombia ya anunciaron un paro nacional para el 28 de abril si no se plantean medidas que den salida a la crisis.

Esta situación amenaza el precio del café que consumen los colombianos por una simple razón, y es que una de las exigencias de los productores nacionales de este producto insignia colombiano consiste en imponer mayores aranceles a los cafés importados, provenientes principalmente de lugares como Brasil, Perú y Ecuador, según contó El País.

Este café importado, por irónico que parezca, es el que más consumen los colombianos por ser más económico que el nacional. En otras palabras, los colombianos se verán afectados por el aumento en los aranceles para las importaciones del café porque sus marcas favoritas suelen vender café procedente de otros países y no de Colombia.

Algunos representantes de los productores nacionales de café le han planteado al Gobierno Nacional, entonces, aplicar el máximo arancel posible a este producto importado, o sea, del 70 por ciento, lo que representaría un aumento abismal en el precio de este producto.

Por qué el café que toman los colombianos no es de Colombia

Aunque pocas personas lo saben, lo cierto es que muchas de las marcas de café más consumidas en Colombia no venden café de procedencia colombiana, pese a que en las etiquetas de sus productos pongan banderas de Colombia o hagan alusión a este país cafetero.

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Esto lo hacen ya que los cafés provenientes de otros lugares del mundo, que en su gran mayoría son de menor calidad, suelen salir más económicos y, por tanto, se hacen más rentables para algunas empresas.

Tal como le contó el entonces director de investigaciones económicas de la Federación Nacional de Cafeteros, Jose Leibovich, a la revista Diners, el truco que suelen hacer estas empresas es que compran este café de otros países y lo mezclan con pasilla colombiana (residuo del café de muy baja calidad), luego ponen un bandera de Colombia en su paquete y venden el producto a un precio mucho menor por el que saldría café colombiano.

“Los colombianos no podemos competir con los precios del comercio internacional. Por eso es necesario importar café que vale dos o tres veces menos que el que producimos”, le explicó Leibovich a la revista.

La estrategia, aunque no es ilegal y tampoco es algo nuevo (pues Colombia lleva más de 30 años importando café), resulta nociva para los productores nacionales, cuyas exigencias, aunque justas y necesarias para salvar al sector, podrían afectar el bolsillo de gran parte de los colombianos de a pie que consumen cafés tradicionales —y de marcas muy conocidas— que utilizan café extranjero. 

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