Después de unas semanas caóticas para el mercado aéreo colombiano, la suerte de Viva Air finalmente se decidirá este martes cuando la Aeronáutica Civil comunique al país si aprueba su integración con Avianca.

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Los aviones de la aerolínea de bajo costo están en tierra desde el 27 de febrero y se sabe que, por lo menos tres de ellos, fueron reclamados por sus arrendatarios en EE. UU. Las dos aerolíneas han afirmado que la polémica integración es la única opción viable para salvar a Viva de la quiebra.

Por su parte, la Aerocivil aseguró que ha estudiado más de 70 archivos para tomar una decisión tras el primer intento fallido de consumar esta operación que tuvo que iniciar desde el principio por un error de trámite.

Entretanto, la autoridad también ha tenido en cuenta la posición de los terceros interesados, entre los que figuran JetSmart, Ultra Air, Latam, Wingo y Aerolíneas Argentinas.

La integración entre Viva y Avianca tiene un tinte polémico porque, a juicio de los competidores, de aprobarse la solicitud concentrarían más de un 50% del mercado y se afectaría la libre competencia.

Vale recordar además que la suspensión súbita de los vuelos operados por Viva ha traído consecuencias para el sector turístico colombiano. Por ejemplo, estudios de las plataformas Kayak y Viajala muestran que los tiquetes nacionales se han encarecido más de 20% para diversos destinos y, en otros casos, hay ciudades que se quedaron sin cobertura o sin rutas directas.

De acuerdo con la Asociación Colombiana de las Agencias de Viajes y Turismo (Anato), estos agentes reportaron $8.000 millones en riesgo debido a la para de la low cost.

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De hecho, en el marco de la junta de Ciudades Intermedias de Colombia, los alcaldes de 65 municipios hicieron un llamado urgente al gobierno de Gustavo Petro para que atienda y dé solución a las crisis que enfrentan en sus localidades, entre ellas el problema por la para de Viva Air.

El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, indicó que la aerolínea recaudó antes del cese de su operación $272.000 millones, por concepto de la venta de tiquetes aéreos, tiqueteras y la recepción de pagos de diversas agencias de turismo. Una situación que causó malestar entre los usuarios que han sido reacomodados en vuelos de las demás aerolíneas.

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Esto conllevó a que Viva Air no solo atravesara una crisis financiera, sino de imagen y de control corporativo. La Superintendencia de Transporte sometió a control a la compañía, lo que tiene a la empresa a un paso de la intervención.

Además, la Superintendencia de Sociedades estudia la posibilidad de que se dé una reorganización empresarial. Así mismo, la empresa está envuelta en un proceso legal tras la denuncia del Gobierno ante la Fiscalía por posible estafa a los usuarios.

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Pero ahí no acaba la novela: Viva y Avianca tienen abierta una investigación por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) desde diciembre del año pasado. Dado que, presuntamente, iniciaron el proceso de integración sin solicitarle permiso a la Aerocivil.

Así las cosas, el destino de Viva se define este martes y se sabrá si sigue adelante o si se acerca más a su liquidación definitiva.