En Armenia, la cotidianidad de miles de adultos mayores refleja una problemática social de gran magnitud: la carencia de ingresos estables los obliga a recurrir al “rebusque”, es decir, a desempeñar actividades informales y precarias como única alternativa ante la ausencia de pensiones dignas y el abandono familiar, según evidencia la Crónica del Quindío. Este fenómeno no es exclusivo de la ciudad, sino que hace parte de un contexto estructural que se extiende por toda Colombia, donde los sistemas oficiales de pensiones presentan limitaciones relevantes en su capacidad de cobertura.
Jenny Gómez, secretaria de Desarrollo Social de Armenia, subraya que gran parte de los adultos mayores no solo enfrentan la falta de apoyo familiar, sino que también padecen exclusión y despojo. Estas condiciones los obligan a depender de pequeñas entradas económicas derivadas de actividades informales que apenas cubren sus necesidades básicas, como lo corroboran los datos del programa nacional Colombia Mayor. Aunque este subsidio procura aliviar la situación mediante transferencias diferenciadas por edad, su alcance aún resulta insuficiente: más de 20 mil adultos mayores en Armenia lo reciben o permanecen a la espera de acceder a este beneficio estatal.
De acuerdo con fuentes municipales, actualmente 9.900 adultos mayores cuentan con el subsidio, mientras cerca de 7.000 permanecen en lista de espera y otros 4.400 esperan inscripción. La ciudad también ofrece alternativas de apoyo como los Centros Vida y Centros de Bienestar, espacios públicos que brindan atención, aunque su cobertura conjunta es limitada: menos de 900 beneficiarios en total, según datos de Crónica del Quindío y Quindío Noticias. Este escenario pone en evidencia el déficit de recursos a nivel municipal para atender integralmente a esta población vulnerable.
En un plano nacional, la informalidad laboral ha obstaculizado para muchos colombianos la posibilidad de acceder a cotizaciones suficientes para obtener pensiones conforme al régimen convencional. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) señala que alrededor del 60% de los trabajadores mayores permanecen en la informalidad, sin protección social ni pensional, agravando su precariedad en la vejez.




En respuesta a este desafío, el Gobierno colombiano promueve una reforma pensional que prevé la creación del “Pilar Solidario”, esquema que busca entregar una renta básica mensual de 230.000 pesos colombianos (COP) a adultos mayores vulnerables y que se perfila como reemplazo progresivo del programa Colombia Mayor, conforme a lo informado por el Ministerio de Trabajo en 2024. No obstante, la implementación y alcance de este cambio enfrentan obstáculos financieros y políticos que ponen en entredicho la capacidad para cubrir la demanda existente.
Más allá de la dimensión económica, especialistas en gerontología advierten que el aislamiento familiar y la exclusión social inciden negativamente en la salud física y mental de los adultos mayores. Según un estudio de la Universidad Javeriana, la ausencia de redes de apoyo intensifica la prevalencia de depresión y enfermedades crónicas, lo que subraya la importancia de respuestas integrales que combinen asistencia financiera, atención sanitaria y acompañamiento comunitario.
La secretaria de Desarrollo Social de Armenia ha exhortado a la comunidad a denunciar el abandono y participar en la inscripción de adultos mayores vulnerables en los centros públicos de atención, enfatizando la corresponsabilidad social ante el reto de garantizar una vejez digna y con derechos. Esta problemática local, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), también se observa en otros países latinoamericanos como Perú y México, donde extensos sectores de la población mayor dependen del trabajo informal para sobrevivir.
Así, el rebusque en la vejez expone las inequidades profundas de la sociedad colombiana, subrayando la urgencia de fortalecer los esquemas de protección social, ampliar la cobertura del Pilar Solidario y desarrollar intervenciones integrales. El reto central consiste en garantizar a los adultos mayores un presente digno e inclusivo, abordando no solo la dimensión material, sino también la social y humana.
¿Qué es el “rebusque” y por qué afecta especialmente a los adultos mayores en Colombia?
El término “rebusque” hace referencia a la necesidad de recurrir a trabajos informales, eventuales y poco remunerados, situación común en el contexto colombiano, especialmente entre adultos mayores. Su relevancia radica en que refleja el impacto directo de la falta de protección social y de pensiones suficientes. En la vejez, la imposibilidad de acceder a empleos formales o a prestaciones impide que muchos adultos mayores puedan solventar sus necesidades básicas con dignidad. Según los datos del DANE y de la Crónica del Quindío, esta práctica se extiende ante el abandono familiar, las carencias institucionales y la insuficiencia de subsidios estatales, por lo que adquiere una dimensión alarmante en términos de vulnerabilidad social.
¿Cómo funciona el programa Colombia Mayor y qué cambios propone la reforma pensional?
El programa Colombia Mayor consiste en la entrega de subsidios económicos diferenciados por edad a adultos mayores en situación de vulnerabilidad, apoyando principalmente a quienes carecen de pensión. Sin embargo, las cifras oficiales muestran que la demanda supera la oferta, con miles de personas en lista de espera y un segmento excluido por falta de cupos. La reforma pensional promovida por el Gobierno nacional propone crear el “Pilar Solidario”, una estructura que busca reemplazar a Colombia Mayor y ofrecer una renta básica mensual fija a los beneficiarios. Si bien la intención es ampliar la cobertura y garantizar mayor dignidad a los mayores, los retos financieros y políticos que implica esta transición abren nuevos debates sobre la viabilidad y el impacto real para la población envejecida del país.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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