Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Dic 21, 2023 - 10:05 am
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A sus 43 años de edad, luego de haber sido marginado del Mundial de Qatar 2022 y cuando muchos pensaban que su retiro del arbitraje estaba cerca, Wílmar Roldán acaba de vivir una temporada que ni él mismo imaginaba, pues le dieron el honor de pitar la final de la Copa Libertadores entre Fluminense y Boca Juniors, juegos clave de la Eliminatoria como Argentina-Uruguay, además partidos en semifinales de la Liga colombiana.

El colegiado hace su balance y responde a las críticas que recibió por decisiones polémicas en las que estuvieron comprometidos, entre otros, Cristiano Ronaldo, Dorlan Pabón y los dirigentes uruguayos y argentinos tras los duelos en el Maracaná y La Bombonera.

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¿Qué piensa de lo que está viviendo en su carrera?

“Es un momento gratificante, cada año demuestro vigencia y estoy siempre en pro de mejorar y aportarle al fútbol colombiano e internacional. Fue un 2023 cargado de muchas emociones, así que el balance es súper positivo”.

¿Cómo asimiló su ausencia en el Mundial de Qatar-2022, cuando muchos dicen que merecía estar allá representando al país?

“Fue un golpe difícil haber quedado por fuera de ese gran evento y debía tomar una decisión de salir o continuar. Pero cuando uno ama una profesión y le ha dedicado toda la vida, por un tropiezo, si cabe la palabra, no va a tirar por la borda toda la pasión, el amor y el empeño que le he dedicado al arbitraje”.

Con la mano en el corazón, ¿usted esperaba que este año le llegaran designaciones y retos tan grandes?

“Antes del Mundial de Qatar sí, porque he sido un árbitro de primerísimo nivel. Cuando pasó eso siempre me hice cuestionamientos de que algunas personas no me veían ya para tenerme en cuenta, pero con mi esfuerzo, fe y disciplina vieron que nunca bajé la guardia. Llegaba a las pretemporadas con la misma pasión e ilusión de un árbitro debutante. Fui revirtiendo ese momento de oscuridad en luz y se vinieron los premios a la resiliencia, al aguante, al querer ir por más. Así conseguí el año pasado la final de la Sudamericana y este de la Libertadores, los partidos de la Eliminatoria y los viajes a Arabia. Estos dos años han sido un revulsivo para mí y eso me llena de satisfacción porque es un premio al trabajo honesto, basado en la disciplina y el valor que le imprimo a la profesión”.

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De esos eventos que menciona, ¿con cuál se queda por su desempeño y lo llenó más?

“Me quedo tranquilo con todo lo que he hecho en la cancha, pero obviamente la final de la Copa Libertadores la perseguí porque hacía 10 años (la última fue en 2014) no pitaba una. Retornar al torneo que más respeto, del cual soy hincha, fue un momento mágico para mí. Fue una final hermosa, en un estadio mítico como el Maracaná y ante dos hinchadas fenomenales. Sin embargo, disfruté todos los partidos, pues pitarles a los mejores jugadores de la historia reciente, como Messi y Cristiano, es como la frutilla del postre”.

En Argentina-Uruguay, en el que los gauchos perdieron el invicto hubo críticas de los dirigentes charrúas por su trabajo. ¿Qué tiene que decir de eso?

“Cuando pito un partido no leo ni veo noticias. Me quedo con la frase de Eduardo Galeano sobre el árbitro: “Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él”. Es algo que enmarca lo que es nuestra profesión. A nadie vamos a tener contentos, soy consciente de mi trabajo y trato de hacerlo impecablemente. Seguro alguien saldrá a dar opiniones, pero eso no quiere decir que sean acertadas, aunque todo se respeta en el mundo del fútbol”.

¿Qué pasó con Cristiano Ronaldo en el reciente partido en Arabia, porque hubo mucha confusión y reclamos?

“La gente no entiende que todos los jugadores quieren ganar y cuando no lo consiguen, reclaman o discuten. El último encuentro que me tocó dirigir allá fue el clásico Al Nassr-Al Hilal y hubo un gol anulado (de CR7) porque allá tienen la tecnología semiautomática del fuera de lugar en la que no hay que trazar líneas ni nada de eso. Como lo vimos en el Mundial de Qatar y ahora en el Mundial de Clubes, ahí sale una imagen en 4D donde se muestran las figuritas de los jugadores. Si tiene un centímetro o medio adelantado, se marca el fuera de juego. Y parece que desde el banco de suplentes estaban revisando la acción y le dijeron a Ronaldo que no había fuera de lugar. Él lo que me dice a mí es que el asistente se estaba equivocando y yo le manifesté que nos estábamos basando en un sistema semiautomático y de pronto no entendió y se desesperó. Pero contra la tecnología no se puede pelear”.

¿Y el gestó que hizo Cristiano que supuestamente iba dirigido a usted cuestionando su labor?

“Ellos tienen una cámara exclusiva para él, así como sucede cuando juega Messi, que los sigue los 90 minutos y muchas veces ellos hacen gestos y no sé quién dijo que ese fue para Wílmar Roldán o en contra del arbitraje. Pero son temas que pasan desapercibido para un árbitro en la cancha y que infortunadamente en Colombia hay gente que quiere resaltar lo malo, o decir que uno salió mal de un partido. Sin embargo, la calificación fue excelente, el arbitraje impecable. Como le dije, nadie va a quedar contento cuando pierde un partido. A eso no hay ponerle tanta atención”.

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Es decir, ¿lo sacaron de contexto del encuentro?

“Es que todo lo quieren llevar a la polémica, hay mucho amarillismo. Cuando terminó el partido, Cristiano fue a despedirse de mí, es un señorazo, 10 puntos le pongo a ese señor como profesional y como persona. Tiene mi total respeto porque es un profesional a carta cabal, fue y se despidió, sin ningún problema, me comentó que iban a revisar el tema del fuera de juego, le volví a explicar y me dijo, bueno, buen regreso, buen regreso. Y aquí querían poner otras cosas, son gestos o reclamos que puede hacer un jugador y que pasan inadvertidos en una cancha. No podemos darle trascendencia, no hay que decir más de lo que pasó”.

En algunos partidos de la Liga local se dijo que usted empujó a un jugador, ¿qué tiene para decir al respecto?

“Que me muestren la imagen en la que se vea que yo empujo a un futbolista. No todo el que lanza una opinión dice la verdad y empiezan a hablar lo que no es. Yo tengo mi personalidad en el terreno de juego y lo he dicho: ‘los jugadores son unos leones y el árbitro tiene que entrar, o al menos yo, entró como un domador de leones. Si ellos van a estar tranquilos, todo va a estar en calma. Pero si se desesperan, tengo que actuar también. O si no el partido toma otro rumbo. No todos los encuentros son iguales y usted no los puede controlar bajo la misma égida. Todos tienen sus tintes y momentos, son temas muy pasionales, juega el factor emocional y para mantener el control tengo que utilizar herramientas de la parte sicológica, porque son 22 leones en una cancha, todos queriendo ganar y haciendo mil cosas. Entonces, si tengo que ir a hablarle a un jugador o encararlo, decirle cómo se tiene que comportar, siempre lo haré. Lo hice ayer, lo hago hoy y lo haré mañana”.

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Ese carácter y personalidad suya en la cancha algunos la tildan de orgullo, sobradez, pero realmente es su estilo...

“Así es, llevo 21 años en el fútbol profesional colombiano, 17 de ellos como internacional. Eso ya no se ve, árbitros de carácter fuerte, de valor, personalidad arrolladora. Es como querer que haya más Pibes (Valderrama), más Bermúdez (Jorge), más Freddy Rincón (q.e.p.d.) gente de carácter. Ya los futbolistas son más tranquilos, es una nueva época y así pasa con los árbitros. A mí me ha tocado adaptarme casi a cinco generaciones, pero mi esencia y estilo no lo voy a cambiar. Hay cosas que han cambiado en este oficio, pero la personalidad, con eso nací, así voy a morir”.

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¿Así es usted en la casa y con los amigos?

“Como les digo a mis amigos, el árbitro como pita, vive. Así como usted se comporta en una cancha, así lo hace fuera de ella. Si usted es íntegro, tiene que demostrarlo dentro y fuera del terreno de juego. Los que me conocen saben que soy un tipo amable, me gusta la jocosidad, con respeto eso sí. Con la familia charlamos, nos reímos, pero cuando las cosas van en serio, nos ponemos serios. Y así es en la cancha, allá me río con los jugadores, pero eso nunca lo muestran. O las veces que los futbolistas van y me piden disculpas. O cuando les tengo que llamar la atención, muchas veces la gente no entiende, y eso lo hago para advertirles que se eviten una amarilla o una expulsión. Y ellos van y me agradecen, y la gente dice, ve Roldán está braveando a un jugador. Ellos me dice, gracias por hacerme caer en cuenta que el partido dura 90 minutos y no me puedo hacer expulsar a los primeros 10. Esas noticias no llaman la atención”.

¿Qué no se negocia en el terreno de juego?

“El respeto no es negociable. Les digo, aquí nos tenemos que respetar todos. Hay algunos que de pronto protestan con razón porque me comí un tiro de esquina, un saque de banda o una falta. Y se ofuscan, yo entiendo esa frustración en ese momento y reconozco que se me pasó. Ellos también hablan duro, pero de ahí a emplear una palabra grosera o un acto desleal, eso no lo permito nunca. El jugador que me irrespete en la cancha no sigue conmigo”.

¿Eso pasó con Dorlan Pabón en el clásico reciente?

“Con el que haya pasado y ellos me conocen a mí y yo a ellos”.

¿Qué siente al estar postulado como mejor árbitro del mundo?

“Felicidad, porque en el epílogo de mi carrera y seguir en primeros lugares a nivel mundial me parece un sueño cumplido, es seguir siendo un ejemplo positivo para las nuevas generaciones. Siempre he dicho, el árbitro tiene que ser y parecer. Tiene que ser grande en la cancha, pero más grande fuera de ellas. Gracias Dios es lo que hago todos los días, ser ejemplo positivo para la sociedad, porque uno se convierte en un personaje público y tiene que estar cargado de muchos valores. Por fortuna salgo a la calle y miro a todo el mundo a los ojos, porque soy una persona honesta”.

Pulzo complementa

El reconocido árbitro antioqueño reveló en una entrevista con Win Sports que una vez le pidió un autógrafo a Faustino Asprilla, a quien considera el más grande futbolista que ha dado Colombia. Roldán expresó su admiración por el talento de Asprilla y recordó que solía madrugar para verlo jugar cuando militaba en el Parma de la Serie A italiana.

Aunque confesó haber pedido la firma de Asprilla, destacó que nunca ha solicitado la camiseta de un futbolista profesional.

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