Por: EL PILON SA

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 2, 2025 - 10:04 pm
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El caso de Marc Lían Cárcamos Escobar, un niño de cinco años herido por una bala perdida durante un enfrentamiento entre hinchas de fútbol en Becerril, Cesar, refleja la gravedad de la violencia asociada a eventos deportivos en Colombia y sus consecuencias sociales, especialmente entre la niñez. Según el diario El Pilón, el menor resultó herido el 31 de agosto en medio de un altercado entre aficionados de América de Cali y Junior de Barranquilla, después del cual fue internado en el Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar durante más de 24 horas. Actualmente, Marc Lían se encuentra en casa, bajo tratamiento médico y seguimiento profesional para garantizar su recuperación física y emocional.

Este suceso no representa una excepción. De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia, cada año la violencia relacionada con el fútbol deja cientos de heridos, incluyendo niños y adolescentes, debido a rivalidades que desbordan tanto el control policial como el social. La accidentalidad derivada de “balas perdidas” en eventos públicos es un riesgo persistente, agravado por el acceso sencillo a armas de fuego y una cultura de conflicto marcada en varias regiones, según los boletines institucionales publicados en 2024.

En respuesta al incidente, un hombre fue capturado en flagrancia, portando un revólver calibre 32 mm, presuntamente vinculado al disparo que alcanzó a Marc Lían. La Defensoría del Pueblo y la Comisión Colombiana de Derechos Humanos han señalado repetidamente que el verdadero desafío es evitar que estas situaciones ocurran, mediante políticas públicas eficaces, control del porte ilegal de armas, formación para la tolerancia en el deporte y educación ciudadana, tal como lo expone el Informe de 2023 de estos organismos.

Desde el ámbito psicosocial, las consecuencias para las comunidades y, en especial, para la infancia, son profundas. Investigaciones publicadas por la Universidad Nacional de Colombia en la Revista Salud Pública revelan cómo la exposición a eventos violentos puede dejar secuelas emocionales en los niños, dificultar su desarrollo y sembrar una desconfianza social que persiste en el tiempo. En el contexto de Marc Lían, expertos de la Fundación Santa Fe destacan la importancia del acompañamiento familiar y la atención de profesionales en salud infantil para superar los traumas derivados del episodio.

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El análisis histórico del Centro Nacional de Memoria Histórica subraya que este tipo de violencia encuentra sus raíces en factores estructurales como la desigualdad, la exclusión social y la presencia de grupos armados, extendiendo la problemática mucho más allá del ámbito deportivo. Por eso, organismos estatales y académicos insisten en la urgencia de planes amplios de convivencia pacífica, regulación de competencias deportivas y participación comunitaria para prevenir episodios similares.

En comparación, documentos de la Revista de Estudios Deportivos señalan que países como Argentina y Brasil han implementado estrategias centradas en la seguridad de los estadios, campañas educativas y la integración de la comunidad en la organización de eventos como métodos efectivos para disminuir los enfrentamientos. La experiencia internacional podría ofrecer a Colombia herramientas útiles para abordar este complejo fenómeno, siempre adaptando las respuestas al contexto nacional.

El mensaje final del padre de Marc Lían, quien aboga por la tolerancia y la convivencia alrededor del fútbol, invita a reflexionar sobre la necesidad de transformar los estadios y espacios deportivos en lugares de alegría y unión, superando el miedo y la violencia. El proceso judicial debe ir acompañado de un debate que promueva soluciones estructurales y duraderas.

¿Cuál es el impacto de la violencia deportiva en la salud mental de los menores?
Los episodios violentos en torno al fútbol afectan especialmente a los niños, quienes pueden sufrir traumas emocionales a raíz de las situaciones presenciadas o vividas. La Revista Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia advierte que la exposición a este tipo de violencia puede afectar a largo plazo el desarrollo socioemocional de la infancia, incrementando sentimientos de miedo, inseguridad y rechazo hacia los espacios públicos. Estos daños psicosociales obligan a reforzar la atención profesional y el apoyo familiar para facilitar la recuperación y restablecer la confianza en el entorno.
Además, la persistencia de estos incidentes amenaza con normalizar la agresión o la intolerancia en generaciones jóvenes, comprometiendo la cohesión social de las comunidades. Por lo tanto, abordar el impacto mental y emocional de la violencia en eventos deportivos es esencial, no solo desde lo médico, sino también a nivel de políticas educativas y de convivencia.

¿Qué medidas recomienda la Defensoría del Pueblo para prevenir hechos similares?
De acuerdo con el Informe 2023 de la Defensoría del Pueblo, una de las recomendaciones principales es reforzar el control sobre el porte ilegal de armas, especialmente en eventos masivos como partidos de fútbol. Al mismo tiempo, se hace énfasis en la formación ciudadana basada en el respeto y la tolerancia, implicando tanto a aficionados como a autoridades y organizaciones deportivas en campañas educativas permanentes.
La Defensoría también propone una colaboración interinstitucional, en la que el Estado, clubes deportivos y la sociedad civil trabajen juntos para crear entornos seguros en los escenarios deportivos y sus alrededores. Estas acciones buscan evitar que hechos como el ocurrido a Marc Lían Cárcamos Escobar vuelvan a repetirse, promoviendo la convivencia y la paz como valores centrales.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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