En su programa de Antena 2, Carlos Antonio Vélez aseguró que la victoria de Nacional fue justa, trabajada, y que la figura de la cancha, si bien Alejandro Guerra jugó muy bien, fue Alexander Mejía.

Para Vélez fue el volante de marca quien se echó el equipo al hombro desde lo anímico, pero también brilló quitando balones y salvando del peligro a su equipo. Por eso, dice, Eduardo Coudet, entrenador de Rosario, lo increpó al final:

“El brabuconcito de Coudet, el machito de Coudet, se fue a buscarlo terminado el partido (a Mejía). Recorrió toda la cancha dando un pésimo ejemplo a sus dirigidos. Eso no es liderazgo. Eso es de matoncito de barrio”.

También le puede interesar: 

También se refirió a la polémica que se armó tras la celebración de Orlando Berrío, que le cantó en la cara el gol al portero Sebastián Sosa. Específicamente a los comentarios racistas que los colombianos recibieron de su parte:

Sobre todo ese tratamiento racista, algo a lo que apelan permanentemente los equipos argentinos cuando juegan contra los brasileños, contra los colombianos… ¡Contra todos! Entonces viene ya lo que todo el mundo vio: la ‘patota’, la prepotencia, el disimular las carencias deportivas con el insulto y el maltrato; lo que ellos llaman valentía y hombría. Y todo terminó en un espectáculo deplorable que no habla bien del fútbol argentino, que no habla bien de sus representantes y que hace quedar mal a la gente de bien que Argentina también tiene”.

Por último, opinó que los argentinos no son capaces de digerir la derrota, y que por eso pasa lo que pasa:

“Pero jugando al fútbol son muy malos perdedores. Y como tienen una prensa que les echa humo, que los respalda, se creen con patente de corso para salir en cualquier parte y en cualquier hora a maltratar a los adversarios”.