El experimentado entrenador del Atlético Huila, equipo que se encuentra actualmente en la B del fútbol colombiano, señaló que es molesto el ruido que producen las barras en los estadios de fútbol, algo paradójico, puesto que, en su tierra natal estás han tenido bastante fuerza y participación en el fútbol.

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Estás declaraciones se dieron en conferencia de prensa después de la derrota de su equipo el día lunes, de visitante frente al Real Santander donde el equipo de Craviotto perdió la posibilidad de clasificar a fases finales del torneo de ascenso.

En el estadio habían menos de 2.000 personas, pero en occidental estaba ubicado un pequeño puñado de hinchad de Real Santander que fueron a alentar a su equipo con toda la parafernalia e instrumental característica de las barras populares en Sudamérica.

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Ante esto, increíblemente, el entrenador argentino manifestó lo siguiente: “Me quejo nada más de esa orquesta que ponen atrás del banco de suplentes. La verdad, aburridora, cansadora, no es de fútbol eso. No te dejan expresarte, a uno, a dos metros. Mañana se la van a hacer a Santander… Dejemos esas cosas de lado para que todos podamos ser más buena gente y menos complicados en esas cosas. Empecemos de una vez, porque no empezamos ninguno”.

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El técnico equipo opita remató haciendo una comparación con lo que se vive en el Tennis señalando lo siguiente.

“Sería bueno no tener esa orquesta atrás. Las orquestas son para las fiestas. No es para un partido de fútbol. En el tenis siempre hay un silencio cuando juegan, ¿cierto? Para qué es, si son dos personas no más. Creo que termina siendo aburrido y te distrae esa cosa ahí”, aseguró.

Este comentario dejó sorprendido a muchos aficionados puesto que, Craviotto dirigió equipos con grandes hinchadas en Argentina y fue jugador de la selección celeste. Lo cierto es que más allá del ruido de las hinchadas a Nestor le tocará concentrarse en replantear a su equipo, ya que los resultados no han acompañado al cuadro huilense que le tocará quedarse otro año más en la segunda división.

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