El 25 de septiembre del año pasado el Once Caldas empató 1-1 con Alianza Petrolera en el Palogrande. El juego terminó con incidentes en las gradas. Sucedió entre la barra Brigada Once y miembros de Conexión, la empresa de logística que opera los partidos en el estadio. Hubo forcejeo e intentos de agresión.

La situación no pasó a mayores porque intervino la Policía Nacional, organismo que, amparado en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, salió del escenario y ahora ingresa cuando inconvenientes como este lo requieren.

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El artículo 62 ordena la función de la Policía en espectáculos públicos: “La seguridad interna y externa en las actividades que involucran aglomeraciones de público complejas, será responsabilidad de los organizadores, quienes deberán contratarla con empresas de vigilancia y seguridad privada y/o empresa de logística legalmente constituidas. El servicio de seguridad será prestado desde el montaje o preparación de la actividad hasta su reacondicionamiento”.

Por eso es que desde el 2019 la Policía se ha ido retirando del interior del estadio Palogrande. La medida depende del tipo de partido. La mayoría de compromisos es sustituida por Conexión, la empresa de logística. Algo similar sucede en Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla.

La norma exige que logística conozca el oficio: “El personal destinado deberá contar con la capacitación correspondiente para la aplicación de protocolos de seguridad en aglomeraciones de público en concordancia con las amenazas identificadas en los eventos”.

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Y ordena que el Gobierno Nacional regule sobre las empresas de vigilancia, seguridad o logística que presten lo servicios, pero a la vez le da autonomía a la Policía para que determine el grado de riesgo del partido.

Luisa Fernanda Mesa, líder de Brigada Once, la barra del incidente, valora la iniciativa: “La presencia de la Policía es factor determinante en organización, ya sea en viajes o ingreso a los estadios. El hecho de que se pretenda retirar su presencia de los escenarios debe marcar aún más el compromiso con las barras y la manera como el Estado ha trabajado con algunas de ellas”.

Sin embargo, dice que las tareas han sido insuficientes: “Para afrontar los conflictos que se presentan, para mejorar la situación y para que se pueda retirar la Policía del estadio, la mirada se debe enfocar en educar a los jóvenes y crear oportunidades dignas de trabajo y estudio”.

Agregó que “en la actualidad hay diferentes colectivos barristas, pero no hay una unión ni tampoco inclusión”.

Para Juan Sebastián Gómez, de la barra Holocausto Norte, el retiro de la Policía del Palogrande es clave: “Es un reto para las barras; la profesionalización de la logística y el trabajo fuerte con los hinchas. Nosotros, en nuestra tribuna, no tenemos Policía; ha sido un trabajo de autocontrol y, como dicen los muchachos, de códigos. Lo otro es que no debería costar tanto un partido de fútbol”.

Gómez, hoy representante a la Cámara, destaca que sin la Policía se baja la tensión, los costos y se mejora el compromiso de los hinchas, pero “no hay empresas de logística preparadas, con personal capacitado, para atender un partido de fútbol”.

José Aníbal Osorio, quien fue al concierto de música vallenata a la Plaza de Toros, denunció que hubo robos adentro: “Y eso pasa por la ausencia de la Policía, nadie los ve como autoridad”.

El hecho toma relevancia por lo sucedido el 5 de marzo pasado en México, en el juego entre Querétaro y Atlas. La batalla campal en el estadio La Corregidora provocó 26 heridos. El caos se desató por el fracaso de la empresa de seguridad que no pudo controlar con 600 agentes a más de 15 mil aficionados. No tenían preparación. A partir de la fecha la seguridad de todos los estadios deben ser controlados por autoridades locales y no empresas privadas.

El organizador es el que contrata: Policía

El coronel Luis Fernando Arcos, comandante de la Policía Metropolitana de Manizales, indicó la responsabilidad que tiene hoy su organismo en los partidos de fútbol.

“Prestamos el servicio preliminar y principal para brindar las garantías de convivencia y seguridad de los participantes. Participamos como integrantes de la comisión local para la convivencia y seguridad en el fútbol, donde se tratan temas referentes al evento a desarrollar”.

Explicó en qué sectores brindan la seguridad: “En los alrededores del centro deportivo, en razón a nuestra misionalidad”. Y que participa en el Puesto de Mando Unificado (PMU), donde se define los parámetros sobre los cuales se efectuará el partido.

Arcos dijo que es la Comisión local para la convivencia y seguridad en el fútbol la que supervisa las actividades y los compromisos que se desarrolla en cada partido.

Y destacó la seguridad en el Palogrande y sus alrededores: “En los últimos años no existe antecedente alguno en temas de alteración al orden público en el estadio”.

Es una responsabilidad compartida: Logística

Conexión se llama la empresa que hace la logística desde el 2018 en los partidos del Once Caldas en el Palogrande. Sebastián Patiño, uno de sus líderes explicó cómo operan en cada uno de los juegos.

“La responsabilidad es compartida, tanto del organizador del certamen como de la Policía Nacional. La Policía se encarga de la requisa de las barras y si hay algún tipo de incidente dentro del estadio. La seguridad del estadio está a cargo de la logística para todos los partidos”.

Dijo que hoy están preparados para cualquier eventualidad: “Tenemos cursos con la Cruz Roja, Policía Nacional y Bomberos, entre otros, para atender cualquier inconveniente”.

Patiño explicó que en caso de un incidente debe ingresar la Policía: “Ya tuvimos un hecho, cuando Brigada se intentó tirar al campo y tuvo que intervenir la Policía. Primero actuamos nosotros y luego, si se requiere, lo hace la Policía”.

El pasado jueves, en el juego con el Quindío por la Copa, LA PATRIA habló con varios miembros de logística y dijeron no saber nada al respecto, pero reconocieron que la Policía pasa durante el partido para verificar que todo marche bien.