Según el informe de 70 páginas, el equipo médico que atendió a Diego Armando Maradona en los días previos a su muerte, el 25 de noviembre de 2020, fue “inadecuado, deficiente y temerario”.

La junta médica también señala en el texto que Maradona “comenzó a morir, al menos, 12 horas antes” del momento en que fue hallado sin vida en su cama y sufrió un “período agónico prolongado.

Dentro del equipo que están siendo investigados por la justicia están el neurocirujano Leopoldo Luque, señalado como el médico de cabecera de Maradona, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica Nancy Forlini, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Gisela Madrid.

“El actuar del equipo de salud a cargo que atendía a Maradona fue inadecuado, deficiente y temerario. El señor DAM (las iniciales de Diego Armando Maradona), al menos desde la internación en (el hospital) IPENSA, no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud”, destaca la investigación.

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Además, afirma que “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente” y que Maradona “debería haber sido evaluado en profundidad de su riesgo cardiovascular y posibles cardiopatías” porque tenía una “historia previa de insuficiencia cardiaca”.

El excapitán y exseleccionador de Argentina falleció el 25 de noviembre en un barrio de las afueras de Buenos Aires y la autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.

También descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”. La justicia argentina formó una junta médica cuyo función fue analizar si hubo una “atención médica deficiente”.