La actividad de este vallecaucano en sus redes sociales se ha visto en las últimas semanas, pero, hasta el momento, ni los hinchas ni la prensa sabía de esta durísima historia que le contó al Gol Caracol.

Jaír Palacios, con 32 años, decidió abrir su corazón para que los jóvenes que alguna vez lo vieron como un referente de Millonarios y del Bucaramanga vean que sí se puede salir adelante, pues, en su momento, él hacía cosas como estas.

Según dijo el futbolista que dejó la actividad hace dos años, su vida estuvo con las drogas desde que era un menor de edad, con unos 14 o 15 años.  “Desde pequeño ya me habían visto el talento para jugar al fútbol y desde esa edad no solo empezó lo del fútbol, sino también lo del tema de la cocaína, que esa fue una de las pruebas de impacto que hizo mucho daño en mi vida. Deportivo Cali me ayudó mucho, me metieron dos veces a un centro de rehabilitación, pero me escapaba, hasta que ellos dijeron que no más. En ese momento, me voy para Panamá, pero allá fue peor. Ahora, en Panamá me rajé la rodilla, ya que caí en un filo, y por cuestiones de la vida dije que no iba a jugar nunca más, me aburrí, me devolví para Colombia, y ahí fue cuando caí en Bogotá”.

En la capital pasó momentos difíciles porque no tenía dinero ni para comer y, mientras que se la rebuscaba en Suba, probó en varios equipos de la capital de donde lo sacaron. Finalmente, Hernando Parra, que es gerente del Atlético Bucaramanga actualmente, se la jugó con él junto a Ferney Perdomo y lo llevaron a un equipo de la C que se formaba hace 13 años y que se terminó convirtiendo en el Bogotá F. C., primer club en el que jugó Jaír Palacios profesionalmente.

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Sin embargo, a pesar de lograrla, Jaír Palacios seguía en el mundo de las drogas y la fiesta, pero como era joven “no se notaba”. “Hubo una mini pausa, porque siempre tuve contacto con las drogas, no voy a mentir. Si antes salía tres o cuatro veces a la semana, ahora solo lo hacía dos, pero igual lo hacía. De pronto en el Bogotá FC no se dieron cuenta de eso porque estaba muy joven y no se me notaba tanto, como sí pasó en Millonarios en mi última etapa, donde llegaba destrozado, acabado”.

 

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Jaír Palacios y su historia en Millonarios: también consumió drogas

El lateral derecho llegó a ser considerado como uno de los mejores jugadores del plantel en aquel momento, pero nadie sabía la historia que se ocultaba detrás de él. El primero que intentó ayudarlo fue Miguel Ángel Russo, con quien salió campeón. “Me ayudaba y fue cuando tuve mi mejor momento. Con él, fue al principio que me hacían pruebas por el problema con el que venía y cuando salía positivo, se me acercaba, me llamaba aparte y me decía: ‘Jaír, por favor, no más, no acabes con tu vida de esa manera, dedícate al fútbol, prolonga tu vida unos años más’. Y él hacía énfasis en la vida, años de vida no para el fútbol ni nada de eso porque al paso que iba, terminaría con mi vida, hasta muerto yo creo”.

Luego llegó Jorge Luis Pinto, quien también le tendió una mano, aunque él se sintió rechazado porque, estricto como es el entrenador santandereano, lo sacó de la titular. “Llegaba alcoholizado a los entrenamientos de Millonarios, por eso no jugaba con el profesor Jorge Luis Pinto, quien es exigente, y antes fue mucho lo que me aguantó. Es alguien a quien quiero mucho porque antes de él irse del club, me abrazó y me dijo que apretara los dientes y que yo podía, ya que era muy útil; fueron unas palabras muy lindas que aún recuerdo. Yo creía que el profe Pinto era mi enemigo, pero no, terminó siendo mi amigo porque me estaba diciendo las cosas en la cara y era la realidad. De pronto, en ese momento, uno al estar todo enfermo y con las drogas y eso, uno es terco y no para bolas. Uno va como el caballo, derechito, sin mirar a nada, ni nadie. Consumí de todo”, recordó.

En el conjunto azul hubo muchas personas que lo quisieron ayudar y Jair Palacios lo reconoce. “Mi corazón es azul, soy hincha de Millonarios, quedé campeón dos veces con el equipo y todos se tocaron el corazón, me dieron la mano, pero el terco fui yo. No fue Jorge Luis Pinto, ni Catalina Chica, ni Serpa, ni Camacho, era yo el que no reaccionaba”. Hasta sus compañeros: “Macalister Silva, Jhon Duque, Harold Santiago Mosquera, Duvier Riascos, cuántas veces no me hablaron y me jalaban las orejas. Me decían: ‘Negro, no más. Ponle cuidado a la vida. Valórala’. Esos manes me ayudaron todo lo que quisieron, fueron un amor de personas”.

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Jaír Palacios, luego de su paso por Millonarios, llegó al Bucaramanga

Ese fue su último equipo en el fútbol colombiano, pero uno de los momentos más críticos de su vida. Estando allá fue vinculado a problemas con su esposa, aunque él actualmente la resalta porque ella fue una gran compañía en todo este proceso.

Luego y después de la pandemia, Jaír Palacios seguía consumiendo drogas, licor y abusaba de muchísimas sustancias, lo que lo llevó a lanzarse de un cuarto piso en una oportunidad.

En aquel momento, cercanos suyos solamente pedían oración por él, pero solo hasta ahora es que se confirma que él tomó esa decisión en medio de una noche de abuso de sustancias. Luego de varios meses de recuperación en una clínica y en su casa, Jaír Palacios siguió consumiendo drogas.

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Actualmente, el vallecaucano está viviendo en Estados Unidos con su familia y lo único que desea es poder dejar ese camino de vicios para ver crecer a sus hijas. Mi gran sueño es terminar de criar a mis hijas porque al ritmo que iba no las iba a criar yo, sino mi esposa y otra persona. Yo no iba a ser más parte de esa familia. Quiero terminar de criar a mis hijas y darles buen ejemplo porque ya merecido está de que tengan un buen padre y compañero, quiero ser un excelente esposo y un excelente padre, esposo, nieto, amigo. Dicen que no todos los amigos están en las malas, pero yo sí los tuve y los sigo teniendo, como Duvier Riascos, Jhon Duque, Harold Santiago Mosquera, el apoyo de ellos fue fundamental”.