Freddy Rincón le había insistido a Rubén Darío Hernández que le diera el balón que conservaba de Italia 90, el mismo con el que había convertido el mítico gol a Alemania en el 1-1 que enchina la piel.

‘Rubencho’, literalmente, se lo robó del estadio San Siro, de Milán, el 19 de junio de 1990. Cuando el Coloso lo envió a descansar al fondo de la red, en el último minuto del juego que Colombia perdía 0-1, el quindiano hizo una carrera alegre, lo tomó, lo guardó y hoy tiene 100 años de perdón.

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La ‘tricolor’ clasificó, gracias a esa obra de arte, a los octavos de final, donde enfrentó al Camerún de Roger Milla, que hizo ver humano a René Higuita y mandó a los puros criollos a cruzar el Atlántico de regreso a El Dorado.

El balón reposa en el estadio Centenario, en el Museo del Deporte, creado por el dirigente Gustavo Moreno Jaramillo, con el apoyo de la alcaldía de Armenia y del exárbitro Fifa Fernando Paneso. Hoy lo resguarda Wilson Herrera, director de Imdera.

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Es un ‘Etrusco Único’, como único es el bonaverense que se fue dejando una huella profunda en el país. El robo piadoso de Rubén, hoy hace que Armenia tenga un tesoro, un pedazo de un gigante que estremeció a Colombia.

Este es el video de la histórica anotación: