El joven corrió por delante de los jugadores de los equipos del partido de la Eurocopa entre Alemania y Hungría, alineados para escuchar los himnos, antes de ser placado por los guardias de seguridad y evacuado.

Hace dos días, en el partido Bélgica-Finlandia, una mujer invadió el campo de juego.

Vale decir que los muniqueses desplegaron este miércoles los colores del arcoíris en diversos lugares de la ciudad y mostraron algunos banderines, no muchos, en las tribunas del estadio Allianz Arena como muestra de solidaridad con el colectivo LGTB en Hungría.

El meta y capitán de la selección alemana, Manuel Neuer, volvió a usar el brazalete con los colores del arcoíris que había usado en los dos primeros partidos de la Eurocopa.

Las acciones fueron iniciadas por el ayuntamiento de la ciudad que había pedido a la UEFA iluminar el estadio con los colores del arcoíris para el partido contra Hungría.

La UEFA rechazo el pedido, alegando que estaba obligada a la neutralidad política y que la petición se refería específicamente a la nueva legislación húngara, considerada discriminatoria ante los homosexuales.

La decisión del organismo ha generado duras críticas, entre ellas del alcalde de Múnich, Dieter Reiter, quien la calificó de “vergonzosa” y optó por una serie de acciones ante el hecho de no poder iluminar al estadio, debido al contrato que tiene la ciudad con la UEFA para los partidos de la Eurocopa.

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La primera señal clara se vio desde las horas de la mañana con banderas arcoíris que adornaban el ayuntamiento en la Marienplatz de la capital bávara.

Paralelamente varias ONG habían repartido pequeños banderines con los colores del arcoíris, algunos de los cuales se vieron en las tribunas.

Más tarde se iluminaron con los colores del arcoíris varios edificios, entre ellos la torre de la Villa Olímpica, así como un molino de viento que normalmente se puede ver claramente desde la Allianz Arena aunque hoy la lluvia y el mal clima no ayudaron.

El Gobierno alemán había declarado “innegociables” los valores representados por los colores del arcoíris que, dijo, son el respeto a la dignidad humana y el rechazo de toda forma de discriminación.

“El arco iris representa una serie de valores como tolerancia y rechazo a la discriminación, por ejemplo a causa de la orientación sexual. Esos valores están anclados en nuestra constitución y no son negociables”, dijo el portavoz del Ministerio de Interior, Steve Alter.

Tanto Alter como el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, evitaron criticar directamente a la UEFA pero defendieron el significado de los colores del arcoíris.

“Se trata de los valores de la UE de la que Hungría forma parte”, dijo Seibert al ser interrogado si le parecería bien que los húngaros trajesen banderas con el arcoíris tachado por considerar que con ello defendían sus valores.

Seibert recordó además que la canciller Angela Merkel había criticado ante el parlamento la nueva legislación húngara.

El ex internacional alemán Thomas Hitzlperger, quien hizo pública su homosexualidad tras terminar su carrera como activo, dijo que afortunadamente la decisión de la UEFA había desatado un debate en muchas partes que, tal vez, sea más eficaz que lo que hubiera sido iluminar el estadio con los colores del arcoíris.

“La UEFA ha subestimado las reacciones que tendría una decisión así y ahora tiene que darse cuenta que no basta con darle un día a su logo los colores del arcoíris”, dijo Hitzlperger en declaraciones a la Segunda Cadena de la Televisión Alemana.

Hungría prohíbe hablar de homosexualismo a menores de edad

Hungría calificó el miércoles de “vergüenza” los comentarios de la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre la recién aprobada ley sobre derechos de la comunidad LGBT que prohíbe la “promoción” de la homosexualidad entre los menores.

“La declaración de la presidenta de la Comisión Europea es una vergüenza” repitió tres veces el gobierno húngaro en su comunicado, retomando así el término crítico utilizado por la jefa del ejecutivo europeo.

Los comentarios de Von der Leyen están “basados en acusaciones falsas”, dijo el gobierno del soberanista Viktor Orban.

La ley que prohibe la “promoción” de la homosexualidad entre los menores “protege los derechos de los niños, garantiza los derechos de los padres y no se aplica a la orientación sexual de los mayores de 18 años, por lo tanto, no contiene entonces elementos discriminatorios” argumentó.

Asimismo, denunció “una opinión política sesgada, sin una investigación imparcial previa”.