Cuarenta y cinco días esperaron los funcionarios de la Secretaría de Gobierno de Ibagué para hacer efectiva la notificación al volante de Millonarios Daniel Cataño por lo sucedido el 12 de febrero, en la fecha original del juego ante Deportes Tolima. Le abrieron un proceso disciplinario por haber respondido a la agresión a Alejandro Montenegro, el hincha ‘Pijao’ que le propinó una agresión.

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Así como ha ocurrido en otros escenarios deportivos del mundo, cada vez que las autoridades requieren a un deportista para que presente descargos, miembros de la administración municipal visitaron el camerino norte del estadio Manuel Murilo Toro y, con documento en mano, le manifestaron al bellanita que en su contra cursa un caso por haber ejercido violencia en este espacio.

En el video compartido por cuentas partidarias del ‘embajador’ y por el periodista Guillermo Arango, se ve al funcionario -en tono calmado- pidiéndole los datos al mediocampista para enviar el correo que no quiso transmitirle la dirigencia del equipo capitalino. Pero contrario a lo que sería un procedimiento normal, a Cataño se le notó molesto, pues invadieron el sitio destinado solo a los jugadores.

“Usted puede hablar con su abogado, para que a través de él ejerza su derecho a la defensa”, le indicó el administrativo, a quien en ningún momento se le vio con tono alterado. Mientras se le escuchó renegar al futbolista, sin camisa, pues estaba apenas cambiándose. Como era de esperarse, esta incursión al vestuario del Murillo Toro generó revuelo entre los simpatizantes del ‘albiazul’.

¿Qué le podría pasar a Daniel Cataño por responder agresión de un hincha en Ibagué?

Como adelantó en su momento el secretario Milton Restrepo, Cataño debía presentarse a una dependencia judicial de la capital tolimense para que rindiera su versión de lo acontecido, por del caso que tiene vigente en la Inspección Octava Municipal de Descongestión de Policía, localizada en la Casa de Justicia de Ibagué. Esto como parte de una agresión mutua, pues respondió al golpe recibido.

La cita inicial era el 17 de febrero, pero nunca se supieron las razones mediante las cuales no cumplió con este requerimiento. Así que aprovecharon en la noche del miércoles la visita del deportista con su escuadra a la ciudad y lo hicieron partícipe formal del proceso, en el que podría verse expuesto a fuertes multas; más allá de que para los dos equipos y la Dimayor esto ya era caso juzgado.

Es preciso recordar que por este incidente, al menos en lo deportivo, Daniel fue castigado con tres fechas de suspensión por el Comité de Disciplina del Campeonato, luego de que el árbitro Wílmar Roldán lo expulsara esa vez. Con todo y ello, Cataño alcanzó a pagarlas antes de la reprogramación del juego frente a los tolimenses, por lo que pudo hacer parte nuevamente de la nómina ‘embajadora’.

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Para algunos, el hecho ha sido calificado de ‘leguleyada’ de la administración, que había tenido una salida en falso con Milton Restrepo, quien el viernes anterior dijo que uno de los motivos para no permitir la entrada de hinchas bogotanos al estadio era que el creativo no había presentado disculpas por lo presentado, lo cual fue calificado de ridículo por gran parte de la parcial y prensa capitalina.

De acuerdo con el artículo 15 de la Ley 1445 de 2011, Cataño podría verse inmerso en una decisión que podría acarrearle una multa de 20 a 100 salarios mínimos mensuales; y la prohibición de acudir a escenarios deportivos por un período entre tres y cinco años. Algo que no tiene nada que ver con la determinación deportiva, la cual ya fue establecido por el ente disciplinario del FPC.