El complejo acuático de Armenia se inaugura oficialmente este 5 de agosto, marcando la culminación de un proceso administrativo y constructivo que durante meses estuvo plagado de retrasos, dificultades financieras y una intensa vigilancia institucional. Ubicado en el antiguo parque de recreación de la ciudad, este espacio fue concebido como un puntal para el desarrollo deportivo del Quindío, dotado con piscinas de nivel internacional gracias a la participación de la firma italiana Myrtha Pools, reconocida por especializarse en instalaciones deportivas acuáticas de vanguardia. Su inauguración oficial, aunque simbólica, representa la entrega definitiva de una obra que ya sirvió como escenario para los más recientes Juegos Nacionales Juveniles y Parajuveniles Eje Cafetero 2024, pero que hasta ahora es asumida de manera formal por la comunidad y las autoridades locales.
El camino hacia la materialización de este complejo estuvo marcado por obstáculos que evidencian los retos persistentes en la construcción de infraestructura deportiva pública en Colombia. Según información recopilada por Crónica del Quindío y reportes del Ministerio del Deporte, la obra debía estar completada en agosto de 2023, apurando su entrega para coincidir con los Juegos Deportivos Nacionales y Paranacionales Eje Cafetero 2023. Sin embargo, su desarrollo se vio interrumpido por demoras en autorizaciones técnicas y administrativas, así como en los desembolsos de recursos, cuyo monto alcanzó casi 17 mil millones de pesos asignados por el Ministerio del Deporte. Estas dificultades implicaron una paralización aproximada de seis meses entre finales de 2022 e inicios de 2023, generando preocupaciones tanto en la administración departamental como en los organismos de control.
La necesidad de una adición presupuestal motivó la intervención activa de la Contraloría General de la República. Este organismo, a través de su programa Compromiso Colombia y el Comité de Moralización, realizó un seguimiento detallado para asegurar la transparencia en el uso de los recursos públicos. Lina María Roldán Prieto, gerente de la Empresa para el Desarrollo Territorial Proyecta, responsable de la ejecución, destacó la complejidad del proceso, en especial por el desafío administrativo que implicaba formalizar la entrega del complejo al municipio y al Instituto Municipal del Deporte y la Recreación de Armenia (Imdera). Diversos informes de la Contraloría alertaron oportunamente sobre el avance crítico del proyecto y la necesidad de redoblar esfuerzos para cumplir con los plazos exigidos por los compromisos deportivos nacionales.
La cronología de la obra ilustra el desafío de articular esfuerzos entre instituciones. Desde la solicitud de construcción en septiembre de 2022 y con retrasos evidentes a comienzos del año siguiente, hubo que esperar hasta mayo de 2023 para el desembolso definitivo de recursos y la firma del convenio nacional. Fue solo con la llegada de una nueva administración departamental en enero de 2024 que el proyecto pudo ser acelerado, habilitando la parte funcional del complejo esencial para los Juegos Nacionales Juveniles y Parajuveniles de ese año. Aunque quedaron labores pendientes en urbanismo y cerramientos, la infraestructura principal—piscinas, camerinos, tribunas y oficinas—estuvo lista para la cita deportiva.
Este episodio revela la compleja realidad de la gestión de grandes obras públicas en Colombia, especialmente en el sector deportivo. Analistas y expertos citados por el Ministerio del Deporte insisten en la importancia de una coordinación efectiva entre niveles de gobierno y contratistas, así como de mecanismos ágiles para la gestión de imprevistos administrativos y cambios presupuestales. La importancia de un control eficaz y cuidadoso por parte de los entes estatales, lejos de ser un mero requisito, resulta fundamental para prevenir irregularidades, pero también para evitar que la vigilancia excesiva retrase los avances y termine dilatando los beneficios sociales que deberían derivarse de estas obras.
Más allá de la entrega física del complejo, la experiencia evidencia la relevancia de planificar la gestión y sostenibilidad de la infraestructura deportiva. Expertos en políticas públicas deportivas, como los consultados por la Organización Panamericana de la Salud y Coldeportes, subrayan que la verdadera transformación social proviene del uso cotidiano y estratégico de estos espacios—no solo para competencias—sino para la formación de nuevos talentos locales, la inclusión social y la promoción de la salud y la convivencia. En regiones como el Quindío, donde el acceso a escenarios de calidad y la cohesión comunitaria representan desafíos importantes, la puesta en marcha del complejo acuático constituye una esperanza renovada para la juventud y la ciudadanía.
La inauguración oficial de esta obra, luego de transitar por contratiempos y revisiones minuciosas, marca un hito de aprendizaje institucional y pone de manifiesto la necesidad constante de fortalecer los procesos de planeación, gestión y control en la administración pública. El complejo acuático de Armenia, más que un escenario para grandes eventos, aspira a consolidarse como símbolo de transparencia, resiliencia y proyección deportiva para el Quindío y el país.
¿Cómo se mantendrá y gestionará el complejo acuático de Armenia a largo plazo?
Tras la inauguración y la entrega formal de una infraestructura deportiva, uno de los desafíos más críticos es garantizar que su administración sea eficiente y sostenible. Históricamente, muchos escenarios en Colombia enfrentan dificultades para su operación por falta de recursos suficientes, carencia de políticas de uso equilibradas y ausencia de modelos de gestión que incluyan el mantenimiento preventivo y el desarrollo de programas deportivos comunitarios.
La administración permanente del complejo recaerá en el Instituto Municipal del Deporte y la Recreación de Armenia (Imdera), pero aún no están claros los mecanismos específicos de sostenibilidad financiera, ni cómo se dará prioridad a la inclusión social y la promoción de talentos locales. Este aspecto es relevante porque el impacto positivo de la infraestructura dependerá, en última instancia, de su uso cotidiano y de su articulación con políticas municipales de deporte y recreación.
¿Cuál es el impacto de la vigilancia de la Contraloría General de la República en los proyectos deportivos públicos?
El seguimiento y control ejercidos por la Contraloría General de la República buscan asegurar una gestión transparente y eficiente de los recursos públicos destinados a grandes obras, especialmente aquellas de alto impacto social como los complejos deportivos. Esta intervención es pertinente para evitar desviaciones y garantizar el cumplimiento de los objetivos originales del proyecto.
Sin embargo, la experiencia de Armenia muestra que, si bien la vigilancia es necesaria, es fundamental que los procesos de control sean ágiles y no obstaculicen la ejecución, evitando que un exceso en los trámites o la exigencia de requisitos formales dilate innecesariamente la entrega de la obra y, por tanto, los beneficios sociales que esta debe aportar a la comunidad. El equilibrio adecuado entre control y operatividad es un reto constante para las instituciones públicas en Colombia.
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