“Si no deja de respirar, no podemos decir que murió”, dijo el familiar de Luis Quiñones, dejando abierta la posibilidad de que efectivamente estuviera respirando, pero en estado terminal.

Y es que la otra versión que se difundió en la noche del jueves apuntaba a la muerte cerebral; una condición en la que el cuerpo puede seguir presentando algunos signos vitales, pero el cerebro ha sufrido un daño tan considerable que ya no es capaz de seguir manteniendo al organismo de forma autónoma.

(Vea después: Boxeador colombiano Luis Quiñónez tendría “muerte cerebral” debido a nocaut)

Esa hipótesis se confirmó casi de manera simultánea, pues la Federación Colombiana de Boxeo se retractó de haber anunciado la muerte del luchador, pero aclaró que lo que tenía era muerte cerebral: “Seguimos aferrados a un milagro”, trinó, aunque se trata de una condición médicamente irreversible.

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De cualquier manera, momentos más tarde fue el periodista Estewil Quesada, autoridad en materia de boxeo, quien aseguró que los familiares le habían confirmado que Quiñones finalmente falleció minutos antes de la medianoche en la Clínica General del Norte de Barranquilla.

Horas después, un corresponsal de la emisora Caracol Radio en Barranquilla informó sobre el hecho en los mismos términos de Quesada, pero sin citar claramente alguna fuente autorizada del entorno del boxeador.

Hasta el momento de la publicación de este artículo no se conocía pronunciamiento del centro médico que confirmara o negara esa información. Tampoco se conocía si la posible muerte se pudiera haber producido por causas naturales o por una decisión de la familia de desconectarlo del soporte vital.