Generalmente los futbolistas en Colombia vivien unainfancia difícil, con problemas económicos y hasta afectados por la violencia del país. Por supuesto que hay algunas excepciones y una de ellas fue Julián Vásquez.

Antioqueño que creció en el barrio Laureles de Medellín e hizo parte de selecciones prejuveniles de Antioquia como arquero. Sin embargo, lo suyo eran los goles y decidió no cambiar más de posición y ahí hizo las divisiones menores en clubes amateur que antecedieron al Envigado.

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Su padre es abogado y economista, mientras que su madre una gerontóloga y psicopedagoga. En charla con ‘Hinchas De Pasión’ en 2020 el jugador reveló que solo veía el fútbol como un hobby y tenía claro que lo suyo iba a ser la universidad.

Esto no quería decir que en la cancha no diera su 100%, que no quisiera ganar y seguir escalando lo que más pudiera. En 1991 el Envigado se convirtió en el primer club en lograr el ascenso y para 1992 debutaría en Primera División.

Luis ‘Chiqui’ García lo tuvo en cuenta para la A y Vásquez tuvo que hacer de todo para rendir en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde estudiaba administración de empresas, y también para ganarse un puesto en la cancha.

Estudiaba de 6:00 a. m. a 7:30 a. m., luego iba a entrenar a las 8:30 a. m. hasta las 11:00 a. m., volvía a entrenar de 3:00 p. m. a 5:00 p. m. y de 6:00 p.m. a 10:00 p.m. regresaba a la universidad.

El decano y la mayoría de profesores le colaboraban aplazando parciales o dándole otras fechas porque debía viajar constantemente.

“¿Quién le dijo a usted que tenía que terminar la carrera en 5 años? Si su trabajo influye con el estudio pues cancéleme la materia”, le dijo a Vásquez uno de los pocos profesores que no le quería ayudar.

El delantero estuvo en Atlético Nacional el segundo semestre de 1992, luego pasó por el Rionegro en la B, regresó a Envigado y le dieron la oportunidad en el Medellín donde el ‘Pecoso’ Castro le dijo que no servía para el fútbol.

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En 1999 fue goleador de la B con el Itagüí FC y en el 2000 Botín de Plata en la A con el Envigado.

Durante todos esos años varios clubes quisieron ficharlo, pero Vásquez no dejaría su tierra hasta que lograra graduarse. Le costó más de 5 años recibir el cartón y para el 2001 ya tenía plena libertad para escoger.

Llegó la oferta del América y no lo pensó dos veces para vestirse de ‘escarlata’. Allí siguió mostrando todo su talento y fue pieza vital para lograr la estrella 11. En la final Vásquez enfrentó al Medellín, su exequipo y el de su tierra natal.

Para esa definición del título lo llamaron dos profesores a pedirle boletas. “La vida da muchas vueltas, al profesor que me colaboró obviamente le di su boleta y al profesor que no me colaboró le dije: ‘¿Quién le dijo a usted que tenía que ver la final en vivo? Espere que haya otra final y la pueda volver a ver’”.

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Julián Vásquez fue campeón en ese 2001 y del Apertura 2002. En el 2003 se marchó a Newell’s Old Boys, pasó por Estudiantes de La Plata, Once Caldas y terminó su carrera en el Envigado.