Escrito por:  Redacción Carros
Ene 24, 2024 - 3:29 pm

Todos sabemos que mantener el carro en buen estado requiere un adecuado mantenimiento, pero existen hábitos que pueden pasar desapercibidos y causar daños significativos.

(Lea también: Cómo funciona un carro híbrido y cuánto dinero ahorra de gasolina al mes)

Un ejemplo es el error común que muchos conductores cometen después de hacer un viaje largo, especialmente aquellos que poseen vehículos con motores turbo, ya sean diésel o de gasolina. Este hábito, aparentemente inofensivo, puede tener consecuencias costosas, ya que reparar una avería en el turbo puede representar un gasto elevado.

El turbo, una tecnología que ha mejorado considerablemente el rendimiento de los automóviles al aumentar sus prestaciones sin incrementar el tamaño del motor, también requiere de un cuidado especial del que no todos los conductores son conscientes.

El error es apagar el motor inmediatamente al llegar al destino después de un viaje prolongado. Aunque pueda parecer un gesto insignificante, esta acción puede tener consecuencias a medio o largo plazo.

En lugar de apagar el motor de manera inmediata, es esencial dejarlo funcionar durante aproximadamente dos minutos con el auto parqueado. ¿La razón? Esperar a que se enfríe antes de apagarlo.

Por qué no apagar el carro inmediatamente luego de un viaje largo

Durante un viaje por autopista, los motores, especialmente los turbo, alcanzan temperaturas altas. Apagar el motor sin darle tiempo para enfriarse puede desencadenar varios problemas.

En primer lugar, la turbina del turbo sigue girando sin recibir la lubricación adecuada, lo que, con el tiempo, puede resultar en un daño costoso. Por otro lado, esta acción también afecta a los rodamientos, aumentando el riesgo de daños.

Lee También

La importancia de esperar unos minutos radica en permitir que el aceite lubrique adecuadamente el turbo y otras piezas, al tiempo que disminuye la temperatura.

Si bien no apagar el motor de inmediato puede parecer una tarea simple, la repetición de este hábito puede marcar la diferencia entre un motor turbo saludable y uno propenso a daños costosos.