“Una hipótesis probable es que se necesite una tercera dosis, entre los seis y los 12 meses, y a partir de ahí habrá que volver a vacunar cada año, pero todo eso tiene que confirmarse”, dijo el director general de Pfizer, Albert Bourla, en declaraciones hechas públicas el jueves por la CNBC.

“Por otro lado, las variantes jugarán un papel fundamental”, añadió, subrayando que “es extremadamente importante reducir al máximo el número de personas vulnerables al virus“, continuó Bourla.

Anteriormente, el director de la célula anti-covid de la administración Biden también aseguró que los estadounidenses deberían esperar recibir una inyección de refuerzo de la vacuna para protegerse de las variantes circulantes del coronavirus:

“En este momento no lo sabemos todo”, reconoció el médico David Kessler en una audiencia ante los legisladores estadounidenses. “Estamos estudiando la duración de la respuesta de los anticuerpos”, dijo.

La alianza Pfizer/BioNTech ya había anunciado en febrero que estaba estudiando los efectos de una tercera dosis de su vacuna variante en un estudio clínico.

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Esta vacuna, al igual que la de Moderna, utiliza la innovadora tecnología del ARN mensajero, que nunca antes se había utilizado en la vida real, pero por ahora solo se tiene establecido que comprende dos dosis.

En este momento, estas dos vacunas son las que mejor funcionan contra el COVID-19, ya que la vacuna de Pfizer/BioNTech muestra una eficacia del 95 %  y la de Moderna un 94,1 %, según los estudios clínicos.