Como el calzado de los guerreros no era lo suficiente cómodo a la hora de luchar y se resbalaba mucho en el estribo de la silla del caballo, a este monarca se le ocurrió la idea de ponerle un tacón para que su estabilidad fuera mayor y manipular las armas fuera más cómodo.

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Pero, ¿cómo se difundió esta moda? Cuando la monarquía persa necesitó refuerzos envió a Robert Shirley a Francia, España, Inglaterra e Italia a conseguirlos y él difundió la invención de Abbás I, por lo que estos países decidieron implementarlo en todos los uniformes de sus guerreros.

Sin embargo, solo hasta el siglo XVI esta se volvió una invención de las grandes esferas, cuando Catalina de Médici usó unos ejemplares en su boda con Enrique II de Francia. Aunque eran los favoritos de los hombres, allí se convirtieron en una tendencia entre la clase alta de la época.

Además, como una forma de sobresalir y aumentar la virilidad en los hombres, el zapatero Nicolás Lestage diseñó unos zapatos de tacón para el rey de Francia Luis XIV, quien quedó encantado y por eso aumentó su uso en la época.

Incluso el famoso diseño ‘Stiletto’ que posee un tacón alto y delgado, fue creado por el diseñador italiano Giacomo Pirandelli para que los jinetes tuvieran un mayor agarre en el estribo.

Aunque claramente la tendencia no acabó allí, el rey Luis XIV prohibió su uso y lo volvió algo exclusivo de la corte, cuyos miembros los portaban de color rojo y con tacón alto.

Y aunque la historia dice mucho de esta prenda, todo cambió cuando las mujeres empezaron a enamorarse de sus formas y lo estilizados que podrían llegar a ser, así que se unieron a la moda, hasta el punto que los tacones para hombres cambiaron su forma y empezaron a ser más gruesos y pequeños, hasta desaparecer. En la actualidad, el caballero que los usa es tildado de afeminado.