Esta deficiencia, que el otorrinonaringólogo Robert Bastian lleva estudiando desde 2015, evita que se expulsen por la boca los gases creados por la ingesta de algunos alimentos o la simple acumulación de oxigeno en el estómago, informó Sage Journal.

No lograr eructar se da por una deficiencia en los anillos musculares que se abren y cierran en el esófago, los mismos que el experto investigó y con los que descubrió que inyectando un poco de bótox es posible solucionar el problema.

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Hace 4 años, Bastian experimentó con un paciente este procedimiento y descubrió la cura. Luego de esto, varios especialistas han seguido su método y han obtenido buenos resultados. Ya hay un respaldo de 51 pacientes que no tienen más el síndrome.

No tener la capacidad física de eructar genera hinchazón en el estómago, dolor, flatulencias, ruidos y tensión abdominal.